Estados Unidos aliado de Israel

por Guillermo Alvarado

El secretario norteamericano de Estado, Antony Blinken salió apresuradamente de gira para tratar de amortiguar un poco las consecuencias del genocidio que Israel está perpetrando en la Franja de Gaza, y del que Estados Unidos es uno de los principales responsables.

Sin duda alguien con mediana inteligencia en la Casa Blanca cayó en la cuenta de cómo el asesinato de más de 20 mil palestinos inocentes, así como los ataques sionistas contra otros objetivos en el Oriente Medio van a desestabilizar esa zona que seguirá ardiendo durante muchos años.

El odio que Tel Aviv está acumulando sobre sí envenenará la región a niveles muy superiores a los años 60 y 70 del siglo pasado y ese rencor se dirigirá también contra los coautores y cómplices de la matanza, un renglón donde la potencia norteña ocupa el primer lugar.

Abiertamente el jefe de la diplomacia estadounidense admite que su viaje, que ha tocado, o tocará, entre otros puntos, a Turquía, Grecia,  Jordania, Qatar y Arabia Saudita, tiene como objetivo evitar que el conflicto se extienda más.

Tarde, muy tarde desafortunadamente, se están dando cuenta de que ciertas cajas, como la de Pandora, cuando se abren, es muy complicado cerrarlas.

Quizás si alguien hubiese tenido el tino de prestarle al presidente Joseph Biden y a su secretario de Estado un ejemplar de la monumental novela Cien Años de Soledad, de Gabriel García Márquez, habrían aprendido aquella parte donde  el coronel Aureliano Buendía descubrió que es mucho más fácil empezar una guerra que tratar de terminarla.

En fin, ahora Blinken anda diciendo a sus interlocutores que Israel debe “ajustar” sus operaciones militares para limitar daños a civiles, cuando él sabe muy bien que las bombas que están matando inocentes son estadounidenses.

También clama por enviar más ayuda humanitaria a Gaza y dijo que se opone al plan sionista de expulsar a los palestinos de la Franja para enviar colonos judíos, lo cual violaría todo el ordenamiento jurídico internacional.

Incluso utilizó un término curioso, que no sé si se le ocurrió de pronto o lo viene meditando hace un tiempo, cuando en Doha llamó a impedir que el conflicto haga “metástasis” en la región del Oriente Medio.

No es una palabra banal, el cáncer es el que hace metástasis, así que de alguna manera el señor Blinken  reconoce la existencia de tumores malignos por allí y, que se sepa, el mayor y el más agresivo, es el régimen de Netanyahu.

En lugar de jugar al bombero en una zona que ellos mismos ayudaron a  incendiar,  deberían levantar el bloqueo al que tienen sometido al Consejo de Seguridad de la ONU y permitir sanciones fuertes contra Israel.