21 años de la denominada II Guerra del Golfo
por Guillermo Alvarado
Aunque ya pasaron 21 años de aquellos acontecimientos, es conveniente que el mundo mantenga presentes los meses anteriores a la denominada II Guerra del Golfo, cuando Estados Unidos mintió descaradamente para justificar los ataques y bombardeos contra Iraq.
En particular recomiendo mantener en la memoria la imagen del general Collin Powell ante el Consejo de Seguridad de la ONU el 5 de febrero de 2003, donde agitó un frasquito que contenía un polvo blanco, que lo mismo podría ser sal, harina o arena del mar o del desierto, eso nunca se supo.
Allí este señor, que fue secretario de Estado norteamericano, jefe del Estado Mayor Conjunto de ese país y Consejero de Seguridad Nacional, no tuvo empacho en mentir cuando dijo que esa era la prueba de las armas biológicas de destrucción masiva en manos de Saddam Hussein.
Con ese argumento, más falso que un billete de seis dólares, Washington perpetró uno de los ataques más cobardes y crueles contra un pueblo y desestabilizó por décadas al denominado oriente próximo.
La guerra fue un fiasco estratégico, pero los iraquíes siguen pagando el precio del uso de armas ilegales, como los proyectiles con uranio empobrecido.
Esta historia viene a colación porque, como todo mentiroso compulsivo, Estados Unidos vuelve a las andanzas, esta vez contra Rusia y con el cuento de que Moscú posee una peligrosa arma antisatélite.
Del asunto han hablado, tomen nota, el actual secretario de Estado, Antony Blinken, y el Asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, entre otros, y el Jefe del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Turner, reclamó al presidente Joseph Biden desclasificar toda la información del tema.
Emulando al cómico mexicano Mario Moreno “Cantinflas”, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, declaró: “Puedo confirmar que está relacionado con una capacidad antisatélite que Rusia ha desarrollado”.
Acto seguido acotó: “No se trata de una capacidad activa que se haya desplegado”. Entonces, ¿es, o no es?
El Kremlin rechazó las acusaciones y las calificó como una maniobra para forzar al Congreso de Estados Unidos a aprobar más ayuda militar a Ucrania.
El tema podría ser anecdótico, si no existiera suficiente evidencia histórica de cómo Washington en reiteradas ocasiones ha utilizado la mentira para justificar agresiones y guerras muy costosas en vidas humanas.
Así ocurrió en Guatemala, Cuba, República Dominicana, Granada, Panamá, Vietnam, Iraq, Afganistán y un largo, larguísimo etcétera, bañado en sangre, dolor y sufrimientos inocentes.