Renazificación en Europa. Imagen: web.frenteantimperialista

por Guillermo Alvarado

Recientemente Andrés Piqueras, profesor de Sociología y Antropología Social en la Universidad Jaime I de Castellón, España, publicó un interesante artículo titulado “La renazificación de Europa sigue su paso firme”, donde llama a la reflexión sobre acontecimientos que nos afectan a todos.

En concreto, el autor nos alerta en su texto, reproducido en el portal chileno El Ciudadano, sobre cómo ya nos está alcanzando una corriente de pensamiento  estructurada sobre el racismo, la xenofobia, el miedo a lo desconocido o lo que es diferente, así como un feroz anticomunismo.

Aquello que hasta hace un par de décadas era una amenaza, hoy día es una realidad con el ascenso de la extrema derecha, neonazi en la mayoría de los casos, que ocupan los espacios abandonados por fuerzas progresistas.

“Cuando la casi totalidad de las izquierdas (con la excepción de algún más o menos minoritario feminismo, ecologismo y comunismo resistente, sobre todo) han renunciado a ejercer la lucha anticapitalista, las versiones más bárbaras del capital alardean de ser “anti-sistema”, precisó.

La diferencia estriba en que la concepción de “sistema” que estos grupos emplean es sustancialmente diferente al tradicionalmente conocido.

Para ellos “sistema” no es el modo de producción capitalista, sino el juego electoral que él mismo proporciona, manipulado, corrupto y supuestamente el responsable directo de la miseria, el abandono, la explotación y la falta de oportunidades para la mayoría de las personas, señaló Piqueras.

El neofascismo del siglo XXI se disfraza de “democrático” –tipo Milei en Argentina o Meloni en Italia- y es capaz de encantar, como ya lo están haciendo a las masas empobrecidas y marginadas.

Agrega el académico que los neonazis que están actualmente en el poder o luchan por él, como Viktor Orban, en Hungría, la citada Meloni, Abascal en España, o Marine Le Pan, en Francia, no se proponen hacer absolutamente nada contra el gran capital o contener el poder de Estados Unidos.

Por el contrario, Andrés Piqueras sostiene que la Europa renazificada es necesaria, indispensable, para mantener y ampliar el ciclo de dinámica bélica a que el gran capital estadounidense está llevando al planeta.

Una Europa verdaderamente democrática no podría aceptar estos grados de sumisión bélico-económica, sostiene el autor.

 Al final de cuentas, pienso yo, esta Europa renazificada no es otra cosa que una variante más del principio expresado por Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela El gatopardo,  de que “si queremos seguir viviendo como hasta ahora, tenemos que empezar a cambiar”.