Percance hidro-meteorológico provoca severas inundaciones en La Habana. (Fot: radioreloj.cu)
Por Roberto Morejón
Los cubanos residentes en el occidente del archipiélago tuvieron un agitado fin de semana, nada usual en jornadas habitualmente para el descanso, con el objetivo de reducir las afectaciones causadas por un percance hidro-meteorológico.
La asociación de fuertes lluvias, vientos ocasionales y la caída de granizos asombró a centenares de miles de cubanos, a pesar de los avisos precisos de los meteorólogos.
El ímpetu ocasional de las precipitaciones y los vientos incidieron en algunos ríos y cañadas, desbordaron cauces y provocaron más de una veintena de derrumbes de viviendas, instalaciones agropecuarias y otros recintos.
La dimensión de los granizos, para perplejidad de los cubanos, impactó en algunos sembrados, con el consiguiente perjuicio a la agricultura.
Con la destreza proporcionada por la cultura de la Defensa Civil robustecida en los enfrentamientos a los ciclones tropicales, los residentes en la parte occidental de Cuba despejaron inicialmente carreteras y calles de árboles y partes del tendido eléctrico.
El quebranto inicial a casi 270 mil clientes de la Empresa Eléctrica, fundamentalmente en La Habana, puso de relieve la agudeza de la tormenta, asociada a una baja extra-tropical y a un frente frío.
Las autoridades establecieron de inmediato las llamadas aquí oficinas de trámite, donde debían acudir las personas damnificadas, a fin de cuantificar los estragos e implementar la recuperación.
Si bien centenares de residentes buscaron resguardo en edificios seguros del Estado, otros recibieron amparo en casas de vecinos y amigos, para evitar el golpe de las aguas embravecidas.
La pronta instrucción a grupos de trabajadores de la empresa eléctrica de otras provincias para que auxiliaran a las más afectadas en el occidente, marcó también el fin de semana en la mayor de las Antillas.
Llamó la atención el envío desde Pinar del Río a La Habana de una brigada de esos técnicos, a pesar de que la región más occidental del archipiélago recibió igualmente castigo, aunque en menor medida.
Se trata de una nueva señal, entre otras, del espíritu solidario de los cubanos que, a pesar de agudas carencias materiales actuales esencialmente por el bloqueo estadounidense, comparten lo poco que tienen y socorren a los más apremiados.