Donativo desde EE.UU. para Cuba. Imagen: Instagran The People's Forum
por María Josefina Arce
Mientras Estados Unidos persiste en sus acciones subversivas contra Cuba y sigue destinando millonarios fondos para ese fin, en el propio territorio estadounidense crece y se mantiene activa la solidaridad con el pueblo cubano, víctima de un genocida bloqueo económico, comercial y financiero.
En los últimos días fue lanzada en el norteño país una campaña para enviar alimentos a la nación antillana. A horas de conocerse la convocatoria ya se habían hecho unas 600 donaciones.
Manolo de los Santos, director ejecutivo de la organización The People's Forum, con sede en la ciudad de Nueva York, aseguró que ello es una muestra del sentimiento solidario del pueblo estadounidense con el cubano.
Lo cierto es que, aunque algunos intenten negarlo, la Mayor de las Antillas ve obstaculizada la adquisición de productos alimenticios por el cerco económico y su inclusión en la unilateral lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo.
Aunque existen deficiencias y trabas internas, señaladas por las autoridades, el bloqueo norteamericano es una realidad que afecta y ejerce presión sobre la seguridad alimentaria de los cubanos. Sobran los ejemplos al respecto
Por solo citar uno, el pasado año cinco bancos extranjeros, sin previo aviso, se negaron a procesar transacciones relacionadas con la compra de alimentos, lo que generó demoras entre 40 y 105 días en el embarque de los productos destinados al pueblo.
Solo entre marzo de 2022 y febrero del pasado año las afectaciones en el sector agrícola cubano por la unilateral medida fueron más de 273 millones de dólares.
El bloqueo estadounidense también priva a la industria nacional del financiamiento para importar los insumos necesarios destinados a la producción de alimentos.
Es un contexto complejo, en el que igualmente inciden los altos precios a nivel internacional y la imposibilidad del país de acceder a las organizaciones financieras internacionales.
Y en medio de ese discurso de odio se levanta la solidaridad internacional y, en específico, la de muchos ciudadanos, autoridades estaduales y legisladores estadounidenses.
De hecho se conoció que una nueva carta fue enviada al presidente estadounidense, Joe Biden, para que cumpla su promesa de cambiar la hostil política de Estados Unidos contra Cuba que afecta a las familias cubanas.
Estas iniciativas son una clara evidencia del rechazo que genera el cerco económico, y se suman a las múltiples que ya se han realizado y se realizan en el territorio estadounidense, como las Caravanas de solidaridad con Cuba, que se efectúan el último fin de semana de cada mes y que se han extendido a otras latitudes.
Es un claro mensaje a Estados Unidos de que Cuba no está sola y que la comunidad internacional y gran parte de la sociedad estadounidense condena el genocida bloqueo impuesto desde hace más de seis décadas contra el pueblo cubano.