Blinken acrecienta sus emplazamientos sobre lo que él y su gobierno llaman
violación de los derechos humanos en Cuba.

Por Roberto Morejón

Al tiempo que el secretario norteamericano de Estado, Anthony Blinken, presentaba con acento doctoral el informe sobre lo que califica de ejercicio de derechos humanos en 200 países, su ardoroso aliado, Israel, sobrepasaba los 34 mil civiles asesinados en Gaza.

Mientras Washington se abstiene de rozar a Tel Aviv con epítetos contundentes a pesar de causar heridas a más de 76 mil gazatíes, Blinken acrecienta sus emplazamientos sobre lo que él y su gobierno llaman violación de los derechos humanos en Cuba.

No obstante ser un país pobre, de limitados recursos y no representar un peligro para su seguridad, la potencia del Norte le dedica a Cuba en su discutido impreso una extensión desusada.

Es cierto que nadie le ha entregado a Estados Unidos el mandato de juzgar el respeto a las prerrogativas ciudadanas en el mundo, como cada año hace el Departamento de Estado de forma exclusiva y arbitraria.

Pero así y todo, la comunidad internacional debe asistir a la disertación, en la que el Secretario de turno se ufana de lo que expone como proporcionalidad y rectitud.  

No es así. Los pergaminos abundan en selectividad, politización y ocultamiento de graves quebrantos, como los cometidos en el territorio estadounidense con minorías e inmigrantes.

En relación con Cuba reiteró el informe de Blinken los mismos estereotipos, sin aludir al bloqueo, rechazado por la Asamblea General de la ONU, pues resulta una real violación de los derechos humanos.

Con razón, el canciller de la mayor de las Antillas expresó en la red social X: “al secretario de Estado de Estados Unidos no le preocupan los derechos humanos de los cubanos ni los del masacrado pueblo palestino.

“Le preocupan, agregó Rodríguez, los derechos de los productores de armamentos”.

En efecto, en la cuestionada relación, Estados Unidos reafirma que su aliado israelí ejerce su derecho a la autodefensa, o sea, tiene cheque blanco para cercenar vidas y obligar a entierros en fosas comunes como las descubiertas en el sureño hospital gazatí de Jan Yunis.

El mismo gobierno que aplaude que la Cámara de Representantes aprobara una asistencia a Israel por 26 mil 400 millones de dólares, mantiene inalterable el recrudecimiento del bloqueo a Cuba.

Doble rasero que no logra ocultar Blinken con su tono solemne.