Gobierno de Estados Unidos e Israel
por Guillermo Avarado
La complicidad del gobierno del presidente Joseph Biden con el genocidio perpetrado por el Estado sionista de Israel contra la población civil palestina en la Franja de Gaza, está comenzando a revertirse en el propio suelo estadounidense, en particular en los recintos universitarios.
Cada vez más alumnos de los altos centros de estudios se suman al rechazo y la condena al brutal exterminio de niños, mujeres, ancianos y hombres desarmados en el Oriente Medio, cometido con la complacencia de las potencias occidentales y el apoyo militar de Estados Unidos.
Al mismo tiempo arrecia la represión de la policía, que se lanza contra los jóvenes estudiantes equipada como para ir a un cruento combate contra un adversario cruel y poderoso.
Estas escenas se repiten casi a diario en numerosos lugares, como ocurrió recientemente en las universidades de Texas, en Austin; y la del Sur, en California, donde decenas de manifestantes contra el genocidio palestino fueron heridos y muchos otros capturados con uso extremo de la fuerza.
Representantes de organizaciones defensoras de los derechos civiles ya expresaron su preocupación por la dureza del actuar de la policía.
Además de exigir el fin de los ataques de Israel contra la Franja, los jóvenes piden que sus centros educativos corten sus vínculos financieros con Israel y retiren inversiones de las empresas vinculadas con el Estado sionista, que ya causó la muerte a más de 34 mil palestinos, la mayoría mujeres y niños.
El presidente Biden, que hace pocas horas aprobó un fondo multimillonario para armar al ejército de Tel Aviv, justificó la agresión de las fuerzas del orden contra los estudiantes con el pretexto de que utilizan mensajes de odio y violencia, cuando en realidad hacen exactamente lo contrario.
La violencia y el odio son las principales armas israelíes contra el pueblo palestino, no ahora, sino desde 1948, cuando la ONU aprobó la resolución que dio luz a ese Estado.
El asunto está llegando a tal nivel, que ante las protestas en la Universidad de Columbia el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johmson, dijo que si las manifestaciones no se detenían, pedirán la intervención de la Guardia Nacional.
Desde Tel Aviv el primer ministro Benjamín Netanyahu, con su habitual discurso distorsionado, dijo que “turbas antisemitas se están apoderando de las Universidades”, un argumento retorcido que busca equiparar dos conceptos totalmente diferentes, el judaísmo, que es una religión, y el sionismo, que es la versión actualizada del nazismo alemán.