Por Pedro M. Otero Cabañas
Hoy hablaremos suscintamente, el tiempo apurado de un comentario periodístico, de la crítica situación que ahora mismo vivimos los cubanos.
Si me preguntaran cuál es el factor más determinante en ella, diria que la pobre generación de energía eléctrica, la cual obliga a largos y constantes apagones.
Esto significa la paralización de muchos sectores de la economía y los servicios de forma intermitente, con incidencia también en los ámbitos de la educacion, la salud y el resto de las áreas que complementan el funcionamiento de un país.
Más del 80 por ciento de la energía eléctrica que produce Cuba es generada por centrales termoeléctricas con un enorme grado de obsolescencia y alto consumo de petróleo.
Se añade a este desfavorable escenario las dificultades del país para la compra de hidrocarburos, en primer lugar por el asfixiante bloqueo estadounidense, que persigue y sanciona a las empresas y navieras que intentan negociar ese rubro con Cuba y también al muy discreto volumen de divisas con las que cuenta, que disminuye su capacidad de compra en el exterior para reanimar su economia.
A causa del propio bloqueo yanqui, la nación caribeña no tiene acceso a préstamos monetarios de las principales instituciones financieras y su pobre volumen de exportación le cierra las puertas de muchos mercados en el exterior.
Con esta suerte de lecho de Procusto extendido, vienen lidiando pueblo y gobierno cubanos desde hace 4 años y que, como es lógico, se traduce en escasez de alimentos, medicinas y combustible, apagones frecuentes y un aumento acelerado de los precios de todos los productos a causa de la brutal depreciación del peso cubano.
Este cúmulo de factores provoca una notable disminución de la capacidad de compra de la moneda nacional, como hemos dicho, y por consiguiente una exorbitante inflación, quizás, entre las mayores de América Latina y el Caribe.
Por otra parte, no se pueden desconocer políticas internas que poco o nada han contribuido al desarrollo de los procesos productivos, al fortalecimiento de la industria y la agricultura y a la recomposición de las finanzas internas.
Tan poco halagueño panorama social apenas deja espacio para el sosiego.
Como ha expresado el presidente Miguel Diaz-Canel Bermúdez vivimos una situación “extraordinariamente compleja", con un escenario económico que ha generado “insatisfacciones” en la población.
Ante este complejisimo escenario, muchos escogen emigrar. Cerca de medio millon de cubanos lo han hecho en el último año. Otros planean hacerlo tras una evaluación de futuro que consideran desesperanzador, al menos, a corto plazo.
Pero aunque el ensombrecido panorama social y económico de la Cuba de hoy pudiera parecer alargarse en el tiempo, quedan aún cubanos confiando en un necesario giro de los acontecimientos que enrumbe por espacios promisorios la Cuba renacida que postula la revolución