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Por Roberto Morejón
En medio de una ola de calor intenso que tensa el clima político, los mexicanos acuden este domingo a elecciones generales, de amplio perfil, pues también decidirán escaños en el Congreso y en municipios.
Después de agitadas campañas, debates en televisión y una alta polarización inducida fundamentalmente por la prensa de línea conservadora, se presenta a la liza Claudia Sheinbaum, ex alcaldesa de Ciudad de México, candidata por la coalición de gobierno Sigamos haciendo historia, con ventaja en las encuestas.
La académica Sheinbaum cuenta con el respaldo del partido esencial de gobierno, Morena, y promete continuar líneas maestras del presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador, con alta popularidad.
Los sectores conservadores, atomizados y deslucidos, lograron no obstante unirse en torno a una aspirante a la presidencia, Xóchitl Gálvez, senadora opositora y empresaria tecnológica.
A esa feroz crítica de López Obrador, la acompaña en la línea de aspirantes opositores el poco conocido Jorge Álvarez, del partido Movimiento Ciudadano.
Sometidos al escalpelo incisivo de AMLO, como llaman a López Obrador, los partidos tradicionales, orientados al mercado y plagados de hechos de corrupción, han contemplado, irritados, cómo el Jefe de Estado saliente se sostiene a pesar de los intentos de la derecha por opacarlo.
Con grandes planes de construcción, el publicitado tren maya, y avances para llevar servicios de salud gratuitos a 50 millones de mexicanos sin seguro médico, AMLO signó en un sexenio políticas atractivas para millones de personas que se habían sentido excluidas.
México ha duplicado el salario mínimo, no sataniza los subsidios, encumbra el trabajo manual, rescata empresas estatales y realza valores familiares e indígenas.
Es cierto que hay márgenes de violencia y grupos criminales han utilizado elecciones locales para extender poderío, pero AMLO rehúye el combate fratricida al que apelaron gobiernos anteriores y ataca el origen del mal, el atraso social.
En los últimos años, casi 10 millones de mexicanos abandonaron la clasificación de pobres por las mejoras de sus ingresos.
Con el tema aun no resuelto de la creciente migración externa que atraviesa México y el desafío de extender la atención a las mayorías, el próximo presidente, probablemente una mujer, conducirá los hilos de un país donde también se velará por atenuar las disparidades de género.