Los amigos de convidan

Editado por Maria Calvo
2024-06-04 09:37:53

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Senadores de EEUU invitan a Benjamín Netanyahu para que hable a los legisladores sobre sus agresiones contra Gaza

por Guillermo Alvarado

Desde hace mucho tiempo se sabe por todos lados que en Estados Unidos existen dos partidos políticos dominantes, Demócrata y Republicano, quienes se alternan con cierta periodicidad la administración del gobierno con discretos matices en asuntos de poca importancia.

Las cosas cambian , sin embargo, cuando se trata de poner en práctica políticas sustanciales en temas estratégicos, sean de naturaleza local o internacional, donde matices y colores políticos desaparecen y queda claro que hay una sola política para guiar a esa nación, y no se diseña en Washington.

Ejemplos sobran y basta con mencionar algunos sucesos, como la guerra de Vietnam, donde uno y otro partido parecieron ser uno solo siguiendo el guión redactado en los pasillos de Wall Street y del Pentágono.

Algo similar ocurrió durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile, período durante el cual se sucedieron gobernantes demócratas y republicanos en la Casa Blanca y todos mantuvieron, críticas más, críticas menos, al país sudamericano como un socio estratégico.

La historia se repite ahora con el genocidio perpetrado por Israel contra la población palestina indefensa en la Franja de Gaza.

Mientras se propaga en el mundo el horror por la barbarie sionista, que ya mató a más de 36 mil personas, la mayoría niños y mujeres, en el Oriente Medio, Estados Unidos dio un paso sustancial de apoyo a Tel Aviv.

Resulta ser que los dos líderes de la Cámara de Representantes y del Senado del Congreso de la potencia norteña, pertenecientes a ambos partidos, cursaron una invitación a Benjamín Netanyahu para que asista a ese recinto y hable a los legisladores sobre sus agresiones contra Gaza.

Los “honorables” congresistas norteamericanos ignoran abyectamente que hay una solicitud de orden de captura internacional contra el primer ministro israelí y desafían al mundo pidiéndole que vaya a explicar su programa de exterminio contra un pueblo, su cultura e historia.

Hacerlo, además, en pleno año electoral, cuando las pequeñas diferencias se exacerban, es clara muestra de que la decisión no se adoptó en un cónclave partidista, sino a un nivel superior ante el cual no queda sino la más absoluta obediencia.

Ni lento ni perezoso, el cabecilla sionista manifestó su beneplácito y se mostró encantado de ir a hablar con sus “amigos” de Washington y recibir bocanadas de oxígeno fresco para aliviar el olor a sangre inocente que exhala.

¿Cómo se las van a arreglar, pienso yo, para que no vea las manifestaciones que sin duda habrá para rechazar su presencia en ese suelo?  Habrá que verlo, sí señor.



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