Congreso de Bolivia
Por Roberto Morejón
Los enemigos de la democracia y del gobierno en Bolivia se han reacomodado después del frustrado intento de golpe de estado militar, al reiniciar sus campañas hostiles en el Congreso, con el freno a la aprobación de créditos otorgados al país por valor de mil millones de dólares.
La oposición, con el control de la Asamblea Legislativa plurinacional, apela a esa forma de hostigamiento al gobierno encabezado por el presidente Luis Arce.
Un mensaje del primer mandatario al órgano legislativo resaltó la urgencia de la situación, porque se dificulta el abastecimiento de productos al mercado nacional, incluyendo los combustibles.
Al parecer, pasado el primer mes luego del frustrado intento de golpe de estado, los opositores lograron salir de la conmoción provocada por la llegada a La Paz de fuerzas y equipamiento militar en posición desafiante y anticonstitucional.
Condenado por la comunidad internacional, el motín no contó con mayor apoyo de uniformados, de ahí la apertura de una etapa en la que los bolivianos podrían dedicarse a atender las premuras de la economía.
Ocurre que la nación sufre el impacto de la caída de la exportación petrolera y de la baja de los precios del gas, su principal renglón exportable.
Bolivia cuenta con menos divisas, necesarias para adquirir combustible en el exterior, el cual se vende subsidiado internamente.
Un rayo de esperanza se abrió cuando recientemente el presidente Arce anunció el descubrimiento de un megapozo de gas natural.
El yacimiento posicionará a Bolivia en una segunda era de exportación y nuevamente en el mapa energético global.
En ese contexto, el presidente brasileño, Luis Inacio Lula Da Silva, acudió a darle su apoyo al gobierno constitucional de Bolivia y prometió estudiar el aumento de los negocios bilaterales.
El gesto es llamativo pues Brasil es el principal mercado del gas boliviano e impulsó la adhesión de Bolivia al MERCOSUR, Mercado Común del Sur, lo que pudiera darle un respiro a la economía del altiplano.
Bolivia, en cuyas arcas también inciden las adversidades de las tensiones globales, dispone de planes para, como subrayó el presidente Arce, enfrentar los desafíos actuales y garantizar la estabilidad.
Regresar a la bonanza económica, despejar las amenazas golpistas y salvar el proceso democrático deberían estar en la mira de todos los actores políticos.