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Por María Josefina Arce

Conocidos popularmente como casas de la cultura ambulante, los Conjuntos Artísticos Integrales de Montaña han llevado durante más de 30 años  las diversas manifestaciones del arte  a los más intrincados lugares de la geografía cubana.

Por estos días la oriental ciudad de Santiago de Cuba es escenario del Vigésimo primer Encuentro Nacional de estos proyectos para intercambiar experiencias, en aras de continuar fortaleciendo la meritoria labor que realizan.

Muy bien acogidos son estos conjuntos por los pobladores de los macizos montañosos de Sierra del Rosario, en la provincia de Artemisa, del Escambray, que abarca a Villa Clara, Cienfuegos y Santi Spiritus, la Sierra Maestra, en Granma y Santiago de Cuba, y en la Sierra de Cristal, en Guantánamo.

Nacieron por iniciativa del líder de la revolución cubana, general de Ejército Raúl Castro, y  han significado una valiosa opción de recreación y crecimiento espiritual de los habitantes de las serranias, adonde el arte no llegaba antes del triunfo  revolucionario de enero de 1959.

Han desempeñado igualmente un papel destacado  en el rescate y preservación de las tradiciones de esos lugares, esencial para contrarrestar la colonización cultural a la que se somete a los pueblos.

A lo largo de estos años han ayudado a la formación de generaciones de artistas del sistema de enseñanza nacional y de jóvenes de esas comunidades montañosas.

Cuando la COVID 19, los miembros de estos conjuntos,  dependientes del Ejército Juvenil del Trabajo, apoyaron a los centros de aislamiento y se sumaron a la necesaria producción de alimentos.

Los cinco proyectos de este tipo existentes en el territorio cubano son una parte importante del Programa de Atención al Desarrollo Integral de las Regiones Montañosas del país, más conocido como Plan Turquino y que viera la luz hace más de 35 años, en aras del bienestar de los pobladores de esas zonas.

Los Conjuntos Artísticos Integrales de Montaña se inscriben en la voluntad  del estado cubano de llevar  a todos los rincones de la nación la cultura, sinónimo de valores patrios y emancipación.

Su incansable y comprometida labor ha posibilitado brindar  una recreación sana a los habitantes de las serranias, pero también  enriquecer  la  vida de todos los cubanos y formar mejores ciudadanos.