Cuba, Mejor sin Bloqueo
Por Roberto Morejón
Cuba llevó a una importante conferencia internacional en India su añejo reclamo, rechazado por Estados Unidos, de poner fin al bloqueo, cuyo impacto es visible en la vida nacional.
Los cubanos atraviesan quizás por el momento más apremiante del ya extenso período de carencias materiales.
La causa esencial radica en la imposición de un cerco feroz de Washington, recrudecido desde el mandato de Donald Trump, sin cambios de fondo por su sucesor.
En su discurso en la Tercera Cumbre de la Voz del Sur Global, organizada de manera virtual por la India, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, expresó que medidas coercitivas como el bloqueo de Estados Unidos son un serio obstáculo para el desarrollo económico y social.
La finalizada conferencia se pronunció mayoritariamente contra ese tipo de restricciones e interferencias en los asuntos internos de los países.
El pronunciamiento encaja totalmente con la realidad de muchos países, entre ellos la mayor de las Antillas.
Aquí, las necesidades de la población aumentaron, a pesar de los esfuerzos del gobierno, en los años más recientes, a lo que también contribuyó el impacto de la pandemia.
A lo anterior se añade la inclusión de Cuba en una lista de los que según Washington patrocinan el terrorismo, decisión que limitó aún más el acceso a gestiones bancarias y créditos internacionales.
A propósito, tres relatores de derechos humanos advirtieron en julio que las restricciones agudizadas con la reasignación de Cuba a esa enumeración, le impiden su capacidad de atender coberturas imprescindibles.
La nación caribeña enfrenta desafíos económicos y humanitarios, subrayaron los expertos, una verdad ignorada por el gobierno estadounidense y la extrema derecha de la emigración de origen cubano en Miami.
“No hay bloqueo”, afirman, cuando en la práctica sus huellas son visibles en servicios clave como salud, provisión de alimentos, transporte e incluso el turismo.
Esta última industria, si bien trata de recuperar niveles anteriores a la Covid-19, aun se resiente, entre otros aspectos, de que los estadounidenses no pueden pasar aquí su asueto.
El boicot también intimida a potenciales inversionistas y empresarios e incluso presionó a no pocos a abandonar sus proyectos en la nación caribeña.
Con una secuela acumulada de más de 159 mil millones de dólares, a 62 años de su formal aplicación, es válido el llamado del canciller Rodríguez en la ONU en 2023: “Dejen a Cuba vivir en paz; estaría mejor sin bloqueo”.