Corrupción en Chile. Imagen: MC
por Guillermo Alvarado
Chile vive momentos de gran expectación en espera de nuevas revelaciones en lo que podría ser el mayor escándalo de corrupción en la historia del país, donde ya hay involucrados altos empresarios, funcionarios públicos, miembros de la clase política y hasta de la farándula.
Todo comenzó cuando un medio publicó un audio donde se escuchaba al poderoso abogado penalista Luis Hermosilla y su socia Leonarda Villalobos, conversar con el empresario Daniel Sauer sobre pagar sobornos al Servicio de Impuestos y la Tesorería Nacional a cambio de información privilegiada.
Si bien ese es un hecho grave y constituye delito en Chile, como en muchos otros países, fue apenas la punta de un hilo en una trama que se empieza a conocer y ya causa asombro por su extensión y profundidad.
Las primeras pericias señalaron que el jurista sirvió de intermediario en el trasiego de millonarias sumas desde la empresa de servicios financieros Factop, propiedad de la familia Sauer, hacia la inmobiliaria Patio y el uso de facturas falsas o adulteradas para cubrir las operaciones.
Cuando se comenzó a analizar el teléfono celular de Hermosilla se hallaron unas 700 mil conversaciones con un amplio abanico de personajes.
Uno de los primeros en caer fue el mismo director general de la Policía de Investigaciones, quien le pasó información al penalista sobre un caso delicado.
Luego se conoció un cruce de mensajes entre el abogado y Andrés Chadwick, ex ministro del interior y primo del fallecido presidente Sebastián Piñera, que aún se desconoce hasta dónde llegarán.
También resultó involucrado el magistrado de la Corte Suprema de Chile, Jean Pierre Matus, sobre quien se abrió una investigación para conocer si Hermosilla participó o influyó en su nombramiento.
Cada semana surgen nuevas implicaciones, que tendrán un aumento exponencial cuando se revele el contenido de buena parte de los mensajes, que ya están en poder del equipo de defensa de Hermosilla, el cual, por cierto, está en prisión preventiva mientras duran las investigaciones.
El argumento de los defensores fue que si ya se revelaron algunas conversaciones, que se revelen todas para conocer qué juez, fiscal, ministro o funcionario se comunicó con el imputado para pedirle favores o consejos.
Por supuesto que el arma tiene doble filo, pues por un lado va a terminar de hundir al otrora poderoso jurista, pero las salpicaduras van a estar por todas partes y eso debe tener con insomnio a cientos de personajes de la vida pública y privada de Chile, eso si se cumple la promesa de profundizar en el tema, caiga quien caiga. Veremos.