Violencia en Ecuador
por María Josefina Arce
Ecuador continúa siendo escenario de acciones criminales. A pesar de la declaratoria de conflicto armado interno, de tres estados de excepción y la militarización de las calles decretados por el gobierno del presidente Daniel Noboa todavía los resultados no son los esperados y la violencia sigue presente en el país.
En los últimos días fue asesinada a tiros por un grupo de hombres armados la directora de la Penitenciaría del Litoral, la más grande y poblada del territorio ecuatoriano, ubicada en Guayaquil, que se ha convertido en el epicentro del narcotráfico.
Este fue el segundo asesinato en diez días de la máxima autoridad de una prisión. A principios de mes había corrido igual suerte el director de la cárcel de Lago Agrio, en la provincia amazónica de Sucumbíos, fronteriza con Colombia.
La violencia se ha cobrado también la vida de otras autoridades carcelarias, así como del ámbito municipal como alcaldes.
Recordemos que en los centros penitenciarios y especialmente en el del Litoral se registraron entre 2021 y 2023 las peores masacres por los enfrentamientos entre bandas criminales por el control de estos recintos, lo que llevó a la militarización de los mismos.
En ese periodo de tiempo más de 500 reclusos murieron en las prisiones ecuatorianas, hoy bajo control militar.
Pero aunque no se han registrado en los últimos meses significativos hechos violentos en las cárceles, en las calles es otra la situación. En Manta, en la provincia costera de Manabí, se reportaron en este año niveles alarmantes de violencia, lo que llevó al cambio a esa ciudad portuaria de la sede de la cúpula militar y policial.
De acuerdo con las informaciones, en Manta se contabiliza el 40% de las muertes violentas de este año en Manabí.
Aunque el gobierno insiste en que ha logrado disminuir en el país los asesinatos de más de 5 mil en 2023 a 4 mil 223 de enero a septiembre del presente año, la cifra es todavía alarmante.
Además, medios de comunicación señalan que las estadísticas oficiales no son claras y que los propios funcionarios se contradicen en sus declaraciones.
Tampoco toman en cuenta el repunte en territorio ecuatoriano de otros delitos, como los secuestros y extorsiones.
Expertos han afirmado que los resultados son insuficientes, porque las autoridades han descuidado la implementación de políticas sociales. El empleo de los militares, subrayan, es una medida de auxilio que revela la falta de una sólida estrategia para combatir la violencia e inseguridad.