Por María Josefina Arce
Proteger el planeta en que vivimos es una necesidad a nivel mundial, que exige pasar de las palabras a acciones concretas y urgentes de todos, pues su degradación genera negativos e incalculables impactos económicos y sociales.
Cuba no escapa a esta problemática. Estudios científicos indican que nos enfrentamos entre otros fenómenos, a un aumento del nivel del mar, con la consiguiente pérdida de superficie y graves afectaciones a los pobladores de esas áreas.
De ahí que el cuidado del medio ambiente es una prioridad del Estado cubano, que reconoce el derecho de todos los ciudadanos a disfrutar de un entorno sano y equilibrado.
Así está avalado en la Constitución de la República, aprobada en 2019 en referendo popular. Su articulado refrenda esta prerrogativa, y destaca su importancia para asegurar la supervivencia, el bienestar y seguridad de las actuales y futuras generaciones.
Este empeño está apoyado además por todo un marco legal existente en el país. Ese es el caso de la Ley del Sistema de los Recursos naturales y el Medio Ambiente, sancionada en 2022 por la Asamblea Nacional del Poder Popular y que entrara en vigor al año siguiente.
De acuerdo con los especialistas, esta norma fortalece el enfoque integrador del derecho ambiental, orientado a la prevención, reparación y exigencia de responsabilidad en caso de daño significativo al medio ambiente
Aunque el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente es el principal encargado de su implementación, es una tarea que compete a todas las personas naturales y jurídicas y extranjeras que se encuentren en el territorio nacional.
Y es que la protección del entorno no es sólo una responsabilidad del Estado, sino también un deber de toda la ciudadanía, por lo que en la nación caribeña se incentiva la educación ambiental entre la población, que en muchas ocasiones no tiene la necesaria percepción sobre los riesgos que entraña la degradación del ambiente.
Por tanto, entre los objetivos de nuestro sistema de educación está el desarrollo de una cultura para la conservación del entorno y la prevención de riesgos de desastres.
Asimismo a través de los medios de comunicación se desarrollan campañas para concientizar a la población de la necesaria protección del medio ambiente e informar sobre las acciones del estado para mitigar los efectos del cambio climático.
Cuba, uno de los países que menos contamina el ambiente, está comprometida con su cuidado para preservar todas las formas de vida en el planeta.