Trabajadores de Etecsa trabajan en la recuperación de las zonas más afectadas por paso de Oscar.
Por Roberto Morejón
Periódicas lluvias posteriores al paso del huracán Oscar hacen más ardua la recuperación, tras la devastación causada por ese fenómeno meteorológico en cuatro municipios del extremo oriental de Cuba.
Las precipitaciones más recientes encuentran a miles de hombres y mujeres en faenas de rescate del sistema electroenergético.
Esa red está aquejada por la caída de postes y cables ante la violencia de los copiosos aguaceros que acompañaron al huracán Oscar, devenido en tormenta tropical.
Afortunadamente, casi 70 por ciento de los clientes de Guantánamo ya cuentan con servicio de electricidad, pero el municipio de Imías, con mayores quebrantos, aun no llega al 50 por ciento, a pesar de los bríos de los trabajadores del ramo.
El ciclón, cuyo cruce por los municipios de Maisí, San Antonio del Sur, Imías y Baracoa se prolongó angustiosamente por más de 24 horas, también provocó deslizamientos de tierra y el desbordamiento de ríos.
Los habitantes de los poblados y otros asentamientos de corte rural, están enfrascados en la reparación de sus viviendas, recintos que en un total de más de 10 mil fueron perjudicados por la abrupta tormenta en toda la provincia de Guantánamo.
Otra de las encomiendas de los guantanameros y de centenares de integrantes de brigadas confeccionadas en otras provincias para ayudar a los cuatro municipios sacudidos, es la del restablecimiento de los viales y de los suministros de agua.
A su vez, se abren paso por caminos todavía expuestos al lodo camiones que procedentes del centro y el occidente del archipiélago caribeño trasiegan mercancías, enviadas por el gobierno nacional.
También tratan de llegar a estos parajes orientales hoy visiblemente castigados por la saña de la naturaleza, vehículos portadores de ropa, calzado, enseres domésticos y artículos de aseo donados por los cubanos.
Todo ese ajetreo en un territorio surcado por vías transitorias para eludir puentes dañados, cuenta con el apoyo de miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas y de las fuerzas armadas, procedentes de otras provincias.
No pocos de ellos ayudan a atender a personas evacuadas antes del arribo de Oscar y cuyas moradas resultaron severamente dañadas.
Brazos se necesitan para restañar las averías en más de 500 instituciones estatales, principalmente en los sectores de educación y comercio, aunque de ese número deben restarse 140 escuelas, devueltas a la normalidad.
Con ese ritmo se piensa continuar aun cuando nuevas tormentas desafíen a residentes y colaboradores de otras provincias.