Debate en EE.UU fue un circo. Imagen: Youtube
por Guillermo Alvarado
El antiguo imperio de romano descubrió la manera de mantener apaciguado al pueblo, en particular a las capas más desposeídas, por medio de la fórmula “pan y circo”, es decir evitar la hambruna que suele traer consecuencias peligrosas y entretener a la gente con el espectáculo sangriento del circo.
El moderno imperio de Estados Unidos maneja también este concepto, pero a la mitad, ofrece circo, mucho circo en realidad, por medio de su industria cinematográfica y la televisión y, además, cada cuatro años hace creer a la población que tiene en sus manos el destino de la nación con su voto.
No es la excepción este 2024, cuando millones de personas están embebidas en la disputa entre Kamala Harris, del partido Demócrata, y el magnate Donald Trump, quien prácticamente se apropió de la formación de los republicanos, a quienes hace bailar a su ritmo.
Cuando faltan cuatro días para la fecha oficial de los comicios, que en verdad ya empezaron, los discursos son cada vez más mesiánicos y las omisiones mucho más groseras con el ánimo de embaucar a los sufragantes.
Trump está convirtiendo la contienda en un espectáculo donde mezcla lo jocoso con serias amenazas, como declarar la guerra a los migrantes.
En sus exaltados alegatos comete groseros errores, como subir al podio a un comediante que trató a Puerto Rico como una “isla de basura”, siendo buena parte de la población latina en Estados Unidos originaria de ese lugar.
Tampoco le va mejor a la señora Harris, quien obstinadamente a evitado tocar el tema del genocidio que Israel está perpetrando contra la población palestina en la Franja de Gaza, a pesar de que en muchos de sus actos resuenan voces reclamando el fin de esa guerra de exterminio.
Si los demócratas pierden la Casa Blanca, buena parte de la responsabilidad será el apoyo irrestricto del presidente Joseph Biden, y su vicepresidenta Harris, al régimen sionista de Benjamín Netanyahu.
Pero decía que en el show electoral de la potencia norteña hay mucho circo, pero no pan, porque entre los temas abordados por los candidatos no hay ninguno que apunte directamente a cómo resolver el problema de la pobreza y sus males asociados.
En el país más rico del mundo, viven 37,9 millones de seres humanos sumergidos en la pobreza, de acuerdo al último censo. Más aún, 27,1 millones de estadounidenses no tienen seguro médico, lo cual los pone fuera del sistema de salud, un derecho humano fundamental.
Hay dudas sobre lo que traerá el 5 de noviembre, pero existe la certeza de que los pobres y excluidos en el “paraíso”, seguirán mucho tiempo así.