Trump: ¿Lealtad incondicional?

Editado por María Candela
2024-11-18 11:11:43

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Foto: Instagram Alma Plus Tv

Por Guillermo Alvarado

El presidente electo de Estados Unidos consiguió su objetivo de obtener mayoría en las dos cámaras del Congreso, la de representantes y senadores, y su siguiente paso fue reclamar una lealtad incondicional de los legisladores para cuanta idea se le ocurra durante su segundo mandato.

Si bien no es un hecho agradable, hay que aceptar que el magnate tendrá un poder que no alcanzó durante su primer mandato, pues además del Capitolio arrasó en los denominados estados clave durante las elecciones y se impuso en el colegio electoral, así como en el voto popular.

Si bien habrá que esperar a los primeros meses de su mandato para conocer si efectivamente estas circunstancias le permiten un cheque en blanco en el ejercicio de su mandato o tendrá focos de resistencia que le impidan, o dificulten al menos hacer lo que le venga en gana.

Una primera señal ocurrirá cuando en el Senado se inicie el debate sobre el gabinete propuesto por Trump, donde hay figuras bastante controvertidas y difíciles de aceptar en las huestes republicanas.

Una de ellas es el candidato a Secretario de Salud, Robert F. Kennedy junior, quien desde un linaje demócrata saltó al tren republicano.

Si bien el cambio de uniforme fue brutal y difícil de digerir en ambos partidos, no es precisamente eso lo más complejo de su figura. Resulta que el funcionario que estará al frente de la salud en la potencia norteña, es también un antivacunas, un creyente confeso de teorías conspirativas.

Para los conservadores hay otro tema que les causa desagrado, que es el apoyo del futuro secretario de Salud a la interrupción del embarazo hasta las 24 semanas de gestación, un tema que espanta a los más puritanos.

Este nombramiento pondrá a prueba la lealtad absoluta que el próximo jefe de la Casa Blanca exigirá a los congresistas y podría ser un parte aguas entre quienes están dispuestos a hacer lo que se les pida y aquellos que prefieren tener un mínimo de dignidad e independencia de acción.

Hay otro asunto que hasta ahora apenas se ha mencionado, pero que pronto podría ser cuestión de debate nacional y es que Trump deslizó la idea de reformar las leyes del país e introducir la posibilidad de un tercer mandato presidencial, es decir, hacerse de otro período en el Ejecutivo.

En una sociedad poco amiga de los grandes cambios, esto significa una transformación radical y habría que ver si quienes tienen el manejo real del país en sus manos, estarían dispuestos a tolerarla.

No olvidemos que en esa nación el presidente maneja el poder, pero no lo encarna, es sólo un delegado o, dicho más claro, un empleado.  

 

 

 

 



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