Oportunismo rampante

Editado por María Candela
2024-12-16 08:33:09

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Foto: La Vanguardia

Por Guillermo Alvarado

El primer ministro del Estado sionista de Israel, Benjamín Netanyahu, informó que emitió un decreto para permitir el traslado de población judía a los Altos del Golán, lo cual significa la continuación de una política pirata para extender su país violando todo el ordenamiento internacional.

Ese territorio históricamente formó parte de la soberanía de Siria, pero tras la estrepitosa caída del gobierno de Bachar al Assad, Tel Aviv ya dio un zarpazo con el propósito de apropiarse de un trozo del territorio de otra nación, sin que hasta el momento se conozca ningún rechazo.

Desde la Guerra de los 6 días, de 1967, las tropas sionistas ocuparon una buena parte del Golán, si bien periódicamente se producen escarceos militares y en una oportunidad el grupo Hezbollah las expulsó parcialmente.

 En este momento toda la correlación de fuerzas favorece a los sionistas, con Hezbollah debilitado, Siria todavía sin un rumbo claro e Irán tratando de conservar la calma en la zona para que no se genere una guerra a gran escala, que en honor a la verdad cada vez parece más cercana.

Además todos los movimientos israelíes cuentan con el apoyo total de Estados Unidos y los países miembros de la belicista OTAN.

En esa línea se inscribe el genocidio perpetrado contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, donde el guión apunta a eliminar a la mayor parte de habitantes, sin importar si son hombres, mujeres, niños o ancianos.

Una vez concluida la matanza los sobrevivientes serán expulsados a otros países y llenarán la Franja con nuevas colonias judías.

El sionismo tiene experiencia en esas tareas, pues durante el conflicto armado interno de Guatemala fue el principal asesor, proveedor de armas, aviones  y municiones, así como equipos de comunicación y sistema de inteligencia.

En el país centroamericano murieron unas 200 mil personas, la mayoría indígenas, y hay más de 50 mil desaparecidos, cerca de 400 poblados desaparecieron del mapa, en ocasiones junto a sus habitantes y todo fue planificado por Israel, que es corresponsable de esa tragedia.

Lo que en Guatemala fue un experimento bestial y despiadado, ahora se está convirtiendo en algo cotidiano en la región del Medio Oriente, donde todas las puertas hacia el desastre están abiertas, como lo demuestran los bombardeos sionistas contra la infraestructura militar de Siria.

Posiblemente nadie en Washington y otras capitales occidentales se ha detenido a pensar con cabeza fría sobre los efectos que esto puede tener en corto y mediano plazo, pero por si acaso un aviso: Israel no es confiable, ni como aliado, ni como adversario.



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