Por: María Josefina Arce
Quito, la capital de Ecuador, se prepara para acoger la semana próxima a las 33 naciones que conforman la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que en su Cuarta Cumbre abordará temas esenciales para la región, marcada por un complejo panorama ante la ofensiva de la derecha contra los gobiernos progresistas.
De ahí que el mecanismo integracionista analizará aspectos que conciernen a todos los países latinoamericanos y caribeños como la lucha contra la pobreza, la reestructuración de la deuda soberana, seguridad alimentaria, problema mundial de las drogas, desarme nuclear, cambio climático y lucha contra el terrorismo.
Por supuesto que también centrará la atención de ese mecanismo de concertación política el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene Estados Unidos contra Cuba, a pesar del proceso de acercamiento que ha tenido lugar en los últimos meses entre los dos países.
Que se ponga fin a esa arbitraria medida siempre ha sido una prioridad de la CELAC, que en sus tres cumbres anteriores ha demandado que el gobierno norteamericano escuche a la comunidad internacional y a su propio pueblo que está a favor del levantamiento del bloqueo.
En todo momento el mecanismo ha expresado su preocupación ante la aplicación por Estados Unidos, miembro de la ONU, de una política que ha provocado dolor y sufrimiento a las familias cubanas y pérdidas económicas al país por un monto de más de un millón de millones de dólares.
La devolución al pueblo cubano del territorio que Washington ocupa ilegalmente en el oriente del país es otra demanda de la CELAC, que considera que es este un elemento relevante del proceso hacia la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
El hecho es que la permanencia en la oriental provincia cubana de Guantánamo de una base militar norteamericana, contra la voluntad del pueblo y el gobierno de Cuba, constituye también una actitud irrespetuosa de Washington hacia la Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada en el 2014 en La Habana por todas las naciones integrantes de la CELAC.
Otro de los temas que despierta la preocupación de los países latinoamericanos y caribeños es el de la migración, que será abordado a raíz de lo acontecido en las últimas semanas con cerca de ocho mil cubanos que intentan llegar a territorio norteamericano y se encuentran en Costa Rica.
La CELAC ha manifestado su rechazo a las políticas selectivas aplicadas por gobiernos fuera de la región, que tratan a los migrantes de forma diferenciada según su país de origen.
Ese es el caso de los cubanos que son favorecidos por la Ley de Ajuste cubano y la política de pies secos, pies mojados que, como ha denunciado La Habana en reiteradas ocasiones, alientan la emigración ilegal, poniendo en riesgo la vida de numerosas personas, entre ellas mujeres y niños.
En Quito nuevamente las naciones latinoamericanas y caribeñas, con total transparencia y soberanía, volverán a abordar temas cruciales para el desarrollo independiente de la región y su mantenimiento como una zona de paz.