Una histórica reunión que honra a Cuba

Editado por Maite González Martínez
2016-02-06 16:27:33

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Imágen de archivo.

Por: Guillermo Alvarado

Tras la histórica visita de esta semana a Francia del presidente Raúl Castro, Cuba se mantiene en lo más alto de la política internacional tras el anuncio conjunto del Vaticano y el Patriarcado de Moscú de que los líderes de ambas iglesias, el Papa Francisco y el Patriarca Kiril, se encontrarán el próximo 12 de febrero en La Habana.

Haber escogido a la capital del mayor archipiélago del Caribe para esta reunión constituye un motivo de mucha honra para el gobierno y el pueblo de Cuba y es, asimismo, una clara muestra de la alta estima en que se tiene a este país y su destacado lugar en la comunidad de las naciones.

El Papa Francisco hará aquí una escala en su viaje a México, momento en que se reunirá con el Patriarca Kiril, para consumar así la primera reunión al más alto nivel de las iglesias católica romana y la ortodoxa rusa.

Un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores expresa la satisfacción de Cuba por acoger ese encuentro y asegura que se brindarán todas las facilidades para su realización.

La iglesia ortodoxa rusa es la mayor de las denominadas iglesias ortodoxas orientales del mundo, con una cifra de seguidores superior a los 150 millones de personas.

Si bien tiene muchas similitudes con la liturgia católica romana, hay también marcadas diferencias, sobre todo en sus orígenes y su forma de organización, caracterizada por la llamada “autocefalea”, (cabeza propia) lo cual significa que un obispo ortodoxo no responde a ningún prelado de nivel superior aunque mantenga relaciones intensas y cordiales con sus pares.

De esta manera existe total autonomía administrativa entre, por ejemplo, las iglesias ortodoxas rusa, la chipriota o la griega, por citar sólo a algunas de las 14 existentes en la actualidad.

Respecto a sus orígenes, estos grupos religiosos comenzaron a formarse en el siglo I de nuestra era, con el arribo a Europa del este de los primeros misioneros cristianos. En el año 988 la iglesia ortodoxa rusa fue reconocida por el Patriarca de Constantinopla, entonces sede del denominado Imperio Romano Oriental, o Bizantino, del cual se separó definitivamente en 1448.

Su mayor momento de auge y expansión lo conoció durante el gobierno de Pedro el Grande (1682-1725), quien modernizó a Rusia y todas sus instituciones, incluyendo a la religión, y convirtió a esa nación en un Estado político poderoso.

A lo largo de estos más de mil años jamás se realizó un encuentro entre las máximas figuras de estas iglesias, católicas ambas aunque separadas por una larga historia, y de allí la extraordinaria importancia de esta cita, que va mucho más allá del ámbito estrictamente religioso y es un signo de los tiempos nuevos.

Que se haya escogido el suelo cubano para su realización es de una tremenda simbología, por tratarse éste de un país que se ha dedicado a sembrar la concordia, la solidaridad, la paz y la reconciliación y cuyos hijos no han vacilado en sacrificarse por la libertad, la salud o el bienestar de sus semejantes, en cualquier lugar del mundo donde sean necesarios sus servicios.



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