Por: Guillermo Alvarado
Este martes tienen lugar en el estado norteamericano de Nuevo Hampshire las elecciones primarias para designar a los respectivos candidatos presidenciales de los partidos Demócrata y Republicano, en lo que constituye la segunda etapa en un largo, empedrado y enredado trayecto hacia la Casa Blanca.
A diferencia de lo ocurrido en Iowa la semana anterior, donde se celebraron asambleas partidistas, los así llamados caucus, para que los delegados se pronunciaran sobre uno u otro precandidato, en Nuevo Hampshire se trata de votaciones en un sentido más tradicional y están convocados unos 800 mil ciudadanos, de los cuales casi la mitad declararon no estar afiliados a ninguna organización política.
Esta gran cantidad de sufragantes independientes le dan a ese estado del noreste norteamericano una característica singular y suele causar no pocas sorpresas, con resultados habitualmente distintos a los pronosticados por los sondeos.
Según las encuestas más recientes, en el bando de los Republicanos marcha a la cabeza con una cómoda ventaja del 17 por ciento en la intención de voto el polémico magnate Donald Trump, seguido por los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, ambos de origen cubano.
En Iowa, Trump recibió un inesperado varapalo cuando Cruz se le fue por encima con una diferencia de 3,4 puntos, que ahora busca desesperadamente revertir.
La decepción en este partido es el pobre desempeño de Jeb Bush, el tercer miembro de esta poderosa familia que busca llegar a la presidencia, pero que de repetir hoy los malos resultados de Iowa, casi podría estar a punto de bajarse del carro.
No menos reñida es la contienda en el partido Demócrata, donde está cerrada la lucha entre la ex primera dama y antigua secretaria de Estado Hillary Clinton y el senador por Vermont, Bernie Sanders.
Autoproclamado “socialista”, este político de 74 años tiene un pasado interesante. Cuando estudiante fue miembro de la Liga Socialista de la Juventud; en 1963 participó en la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, donde Martin Luther King pronunció su discurso “yo tengo un sueño”, y participó en el Movimiento por los Derechos Civiles. Más tarde Sanders fue un firme opositor a la guerra contra Iraq y en el Congreso criticó los programas de vigilancia masiva y la discriminación racial en el sistema de justicia.
En las primarias de Nuevo Hampshire, Sanders tiene en los sondeos 12,8 puntos de ventaja respecto a Clinton y su acelerado ascenso entre los electores tiene que ver con las simpatías que sus ideas despiertan entre los jóvenes y las mujeres, dos sectores muy fuertes en el partido Demócrata.
En las últimas horas de este martes, o primeras del miércoles, se conocerán resultados de estas primarias que, si bien no garantizan nada todavía por el largo tramo que falta por recorrer, van marcando una tendencia para definir quienes disputarán el 8 de noviembre venidero la presidencia de la mayor potencia económica y militar del planeta.