Aires de concordia en La Habana

Editado por Maite González Martínez
2016-02-15 08:00:00

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Imágen de archivo.

Por: Roberto Morejón

Cuba fue escenario de acontecimientos memorables al reunirse en La Habana el Papa Francisco, Obispo de Roma, y Kirill, Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, y realizar este último su primera visita de carácter oficial desde su investidura.

Para los cubanos constituye un honor la coincidencia en La Habana para una entrevista histórica de los máximos representantes de dos de las principales iglesias desde 1054, cuando se registró la escisión en el seno del cristianismo.

Para entender el alcance del encuentro son útiles las apreciaciones del Papa Francisco, quien agradeció la hospitalidad de las autoridades cubanas.

El Sumo Pontífice expresó en mensaje dirigido al presidente cubano, Raúl Castro, su gratitud por la contribución del gobierno para hacer posible la reunión.

Representa motivo de satisfacción para los cubanos que en esa positiva conversación se vislumbrara favorecer el diálogo y el entendimiento “si deseamos ---escribió el Papa Francisco--- alcanzar la paz para la reconciliación y la coexistencia de todas las personas de buena voluntad”.

Se trató de una cita cumbre que allana el camino para que las iglesias católica y ortodoxa cooperen en la defensa de los cristianos en todo el mundo y evitar las guerras en el planeta.

Muchas personas se interesaron sobre las razones para seleccionar a la capital de Cuba con vista al llamado encuentro del milenio, capaz de iniciar un diálogo inédito.

Las partes destacaron que Cuba representa un territorio neutro, sin dificultades de tipo confesional, y además goza de paz interna y contribuye a resolver conflictos, como el de Colombia.

Además, Cuba acordó discutir con Estados Unidos de forma respetuosa las profundas diferencias existentes en busca de la normalización de las relaciones.

En esa atmósfera de tranquilidad realizó su visita el Patriarca de Moscú y de Toda Rusia, Kiril.

El Primado es conocido aquí, pues llegó en mil 995, 2004 y 2008, aunque el viaje más reciente fue el primero en su condición de Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Como hecho significativo, destaca que el Patriarca ofició la Divina Liturgia en la habanera Catedral Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de Kazán, cuya construcción él inició simbólicamente años atrás.

El gobierno cubano atendió la petición de Kiril de erigir ese templo y brindó las facilidades, que culminaron con su inauguración en la habanera Avenida del Puerto.

Tanto la existencia de esa catedral como la visita del Patriarca de Moscú y de Toda Rusia constituyen exponentes de las sólidas relaciones entre Cuba y Rusia, que Su Santidad Kiril contribuye a cimentar.

Cuba sobresale como sitio propicio para el arribo de dignatarios, el advenimiento de la unidad, aún en la diversidad, y el diálogo en busca de la paz.



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