Por Nicanor León Cotayo
Uno de los periódicos más relevantes de Estados Unidos, The New York Times, notificó que 35 000 voluntarios hacen un inventario de esos mendigos en la ciudad.
Comenzaron su ardua labor a principios de la semana pasada en calles de esa localidad bajo el auspicio de Hope Count, una actividad anual del gobierno federal.
Su intención es aliviar las hondas calamidades que los trituran día a día.
De acuerdo al Times la faena está recibiendo mayor atención “debido a la actual crisis de indigentes que sufre Nueva York”.
Este, añade el periódico, será el último conteo de esa clase antes que la administración local inaugure su nuevo plan (Home Stat).
“Detrás de la apariencia fuerte de los neoyorquinos hay corazones de oro”, dijo el alcalde Bill de Blasio antes de comenzar el despliegue.
Sus 35 000 voluntarios recibieron entrenamiento antes de salir a las calles de la ciudad y a las estaciones del subway.
Hace un año, los voluntarios localizaron en esos lugares 3 182 personas viviendo a la intemperie.
Sin embargo, advierte el Times, varios funcionarios electos de la urbe afirman que esta cifra ha seguido aumentando.
Una voluntaria del Bronx, Marlene Reddish, declaró al Daily News:
“Sabemos que las calles de la ciudad no son seguras. Queremos que estas personas salgan de las calles“.
HOPE Count es una actividad nacional que deben llevar a cabo los municipios del país antes de recibir subsidios oficiales.
La Coalición para los Desamparados, y otros grupos caritativos, estiman que en las dos horas establecidas para hacer el conteo pueden quedar fuera muchos necesitados.
Pero los antes mencionados funcionarios electos sí confían en la efectividad de su desempeño.
“Ofrece una imagen en un punto en el tiempo y nos ayuda a ajustar los recursos de acuerdo a ello”, dijo Kristen Misner, asistente del vicedirector de servicios humanos.
“La metodología que utilizamos hace que sea una cuenta informativa y robusta”, aseguraron a periodistas.
Hace dos meses el alcalde Blasio echó a andar una cruzada para hacer lo mismo en cada siete millas de Manhattan.
Sus activistas pretenden convencer a los muy pobres de abandonar las calles, pero muchos se rehúsan “debido a las malas condiciones del sistema de refugios de la ciudad”.
De Blasio prometió mejorarlos, mientras el gobernado, Andrew Cuomo, impartió una orden ejecutiva que obliga a los desamparados dirigirse a refugios cuando hay temperaturas bajo cero.
Gracias al tema salió una vez más a la actualidad el curioso asunto de la existencia de bolsones de miseria en una ciudad como Nueva York.
Considerada entre las principales del mundo, expertos han llegado a valorarla “capital económica-financiera de Estados Unidos”.
Escenario hoy de los 35 000 voluntarios que cuentan a los integrantes de su gran ejército de menesterosos.
(Tomado de Cubasí)