Por: Roberto Morejón
Delegaciones de Cuba y Venezuela culminaron los nuevos documentos que regirán las relaciones económicas durante este año y, a largo plazo, hasta 2030, en otro paso para complementar esfuerzos hacia el desarrollo.
En lo que ambas partes coincidieron en destacar como la renovación de los lazos históricos, Cuba y Venezuela siguieron por la senda trazada hace tres lustros por los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez.
Llama la atención que además de las esferas tradicionales como salud y deporte, entre otras, los dos países enfilen la cooperación hacia la producción alimentaria, esencialmente en la agricultura urbana y suburbana, y la elaboración de medicamentos.
Esa conjunción de energías debe contribuir a amortiguar las limitaciones en la distribución de alimentos y fármacos en Venezuela, originadas por la guerra económica de la derecha empresarios privados.
El país sudamericano también sufre los rigores de la baja abrupta del precio del petróleo, al menguarse los ingresos por esas exportaciones y hacerse más pronunciada la dependencia del hidrocarburo.
Además, las fuerzas opositoras, con control de la Asamblea Nacional, se niegan a prestar colaboración al plan de emergencia económica del gobierno.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, impulsa una estrategia nacional basada en los llamados 14 motores, para los cuales busca el respaldo del pueblo trabajador y de países amigos.
En esa dirección se insertan los más recientes acuerdos entre La Habana y Caracas, uno para el 2016 y el otro hasta 2030.
El relativo al año en curso tiene una gran dimensión pues contempla inversiones por más de mil 420 millones de dólares y otras equivalentes a 695 millones de dólares, aunque estas últimas se costearán en la moneda nacional venezolana.
De inmediato, ese pueblo se beneficiará de la prolongación de la muy popular Misión Barrio Adentro a todo el territorio nacional, tras la suscripción de un documento con los cubanos.
El aporte en materia de salud permitirá asimismo hacerle frente en mejores condiciones al avance del zika, dengue y chikungunya en Venezuela, un fenómeno extendido en el subcontinente.
En lo adelante, Cuba y Venezuela potenciarán en ese último país el Plan Nacional Siembra con la utilización de nuevas tecnologías para fortalecer los huertos en áreas urbanas y suburbanas y la producción pecuaria.
Si hasta ahora los nexos con Cuba permitieron a Venezuela acometer proyectos sociales de gran impacto en la población, se espera que los nuevos acuerdos amplíen el alcance de esas iniciativas.
Cuba y Venezuela, que también estrecharán vínculos en las ramas del turismo, comercio, minería y exportaciones hacia terceros mercados, confían en que la cooperación prevista será mutuamente ventajosa.