Por: Roberto Morejón
En las entrevistas que al más alto nivel cumplimentó el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel en Rusia, se constató el excelente estado de las relaciones y la seguridad de que el país euroasiático participará en los programas de desarrollo de Cuba.
El dirigente fue atendido por el presidente Vladimir Putin, en un encuentro calificado de cordial, por el primer ministro Dmitri Medvédev y la titular del Consejo de la Federación de Rusia, Valentina Matvienko, entre otros.
En las conversaciones constituyó un asunto medular a tratar la marcha de los nexos económicos y comerciales después de la visita a La Habana del presidente Putin en julio de 2014.
En su diálogo con el presidente cubano, Raúl Castro, en esa fecha se trazaron las líneas de lo que se interpreta como una nueva etapa en las relaciones.
Además, Cuba y Rusia también están guiadas por los principios de asociación estratégica según un acuerdo suscrito en Moscú en 2009.
En reuniones periódicas, la Comisión Intergubernamental pasa revista a proyectos de relieve en las ramas energética, industrial, espacial, farmacéutica, turismo, educación y altas tecnologías.
Llama la atención cómo se abren paso gradualmente productos farmacéuticos cubanos en el mercado ruso, atraído sobre todo por el Heberprot P, indicado para las úlceras de los pies en pacientes diabéticos.
En los últimos años creció el flujo de turistas rusos a Cuba, aunque la tendencia se frenó en 2015 a causa de la caída del rublo y su influencia en los ingresos de la población.
También de Rusia son las compañías Zarubezhneft, Gazprom e Inter Rao, familiarizadas con el mercado cubano de la energía, esfera en la que, por cierto, Cuba espera importante salto.
Entre los proyectos priorizados destaca la ayuda rusa para la construcción de cuatro bloques energéticos de 200 megavatios de potencia en dos termoeléctricas cubanas.
Otro de los planes más prometedores de la cooperación bilateral contempla la modernización y ampliación de la industria metalúrgica y las fundiciones de la planta Antillana de Acero "José Martí", de La Habana.
Además de exportar renglones tradicionales como azúcar de caña, tabaco y ron, Cuba aspira a diversificar los suministros al mercado de Rusia, un asociado económicamente sólido, a pesar de dificultades presentes, e históricamente amistoso.
Más allá de la esfera económica también existen coincidencias entre los gobiernos de Cuba y Rusia, la que se manifiesta en pronunciamientos en conferencias y eventos internacionales.
Solo mencionemos dos ejemplos. El Kremlin demandó el fin del bloqueo estadounidense contra Cuba y la nación caribeña denunció la peligrosa aproximación de la OTAN a las fronteras de Rusia.