Por: Guillermo Alvarado
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció su disposición de integrar a su país como observador en la denominada Alianza del Pacífico, una entidad creada en 2011 que agrupa a gobiernos de derecha de nuestra región y está alineada con los intereses económicos y políticos de Estados Unidos.
De acuerdo con informaciones oficiales, el jefe de Estado ya cursó la solicitud correspondiente y se dispone a asistir a la próxima reunión de ese grupo que se celebrará en Chile a finales de junio.
Antes de eso, Macri hará una visita a Colombia donde se reunirá con su homólogo, Juan Manuel Santos, uno de los impulsores de la iniciativa que también incluye a Perú y México.
De esta manera el primer mandatario argentino dejó definido con claridad el campo donde va a desenvolver su política regional, lejos de otros mecanismos progresistas de integración, como la Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur, y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac.
De manera particular este último es un espacio donde los pueblos del área tienen la oportunidad de conversar sobre sus propios asuntos y definir políticas y programas sin la presencia de potencias continentales y extracontinentales.
La decisión de crear la Celac fue vista con ojeriza por Estados Unidos, porque de esta manera perdía influencia directa en una región que tradicionalmente ha considerado como su traspatio.
Ya antes la Casa Blanca había sufrido un revés cuando el proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas, que de libertad y de comercio tenía bastante poco, fue derrotado en presencia del entonces presidente George W. Bush en la histórica Cumbre de Mar del Plata en 2005.
De hecho, la Alianza del Pacífico es un esfuerzo de la nación norteña y sus aliados para tratar de retomar su dominación regional y para ello cuenta con algunos gobiernos dóciles a sus designios, un listado al cual se suma a partir de ahora el de Argentina.
Además, Macri declaró que se propone arrastrar hasta ese mecanismo al MercadoComún del Sur, el Mercosur, justo en momentos en que éste sufre los embates de la derecha reaccionaria, ahora alimentados por la situación en Brasil donde se consumó golpe de Estado parlamentario contra la presidenta legítimamente electa, Dilma Rousseff.
Tampoco descarta en un futuro adherirse al Tratado Transpacífico, otra iniciativa estadounidense para contener el empuje de las economías emergentes, en particular de Rusia y China.
La decisión tomada por Macri se encuadra, sin ninguna duda, en el marco de la denominada «restauración conservadora », que no es sino el retorno del neoliberalismo, la explotación y el sometimiento de nuestros pueblos a los dictados de Washington.