Por José Ernesto González Mozquera
El canadiense Mathew Golding está llamado a ser la gran referencia masculina de la nueva generación de bailarines principales del Royal Ballet de Londres, la principal compañía danzaria clásica del Reino Unido
El danzante llegará a La Habana por vez primera para formar parte de la gala Ballet Royalty que se realizará la noche del 20 de agosto en la sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.
"Siempre he sido un admirador del ballet cubano, su registro, pasión y disciplina por el ballet clásico. Creo que entre las cosas que diferencia al bailarín cubano del resto, está la parte técnica. Por ejemplo los hombres, desde bien jóvenes, enseñan la línea, las formas, tienen unos giros y saltos impresionantes, que siempre los han tenido en una escala diferente. Siempre tienen respeto por el estilo, además de un espíritu de trabajo impresionante", añadió.
Denominado por la crítica como "el Brad Pitt del ballet", por su parecido con el actor hollywoodense, Golding bailará en La Habana junto a la estrella ucraniana Iana Salenko el pas de deux El cisne negro, y el pas de trois de El corsario, junto a Joseph Gatti y la cubana Adiarys Almeida.
Desde el 2014 se unió al Royal Ballet como principal y ha asumido roles protagónicos como Albrecht (Giselle), Basilio y Espada (Don Quijote), El príncipe Florimund (La bella durmiente), el príncipe Sigfrido (El lago de los cisnes), Eugene Onegin (Onegin) , Oberon (El sueño) Romeo (Romeo y Julieta) y Des Grieux (Manon), entre otras creaciones especiales, como en la Carmen de Carlos Acosta, donde bailó junto al astro cubano en la noche de estreno de este ballet.
Antes de llegar a Londres, Golding se entrenó en la escuela del Royal Winnipeg Ballet, la Universal Academy Ballet, en Washington, y la escuela del Royal Ballet. Pasó por compañías como el American Ballet Theatre y el Dutch National Ballet. Ha ganado además el Youth American Grand Prix (conocido como YAGP), la beca del Grand Prix de Laussane, y nominaciones al premio Benois de la Danza en 2012 y 2013.
"Desde pequeño me encantaba la danza clásica. Siempre estaba viendo videos de Baryshnikov o Rolando Sarabia pero hasta que entré en la escuela a los 14 años no lo vi como una carrera profesional. También había soñado con el teatro musical, con Broadway", agregó.
Esta estrella danzaria ha asumido cada paso en su carrera como una etapa de trabajo y aprendizaje. "Para ser un buen bailarín hay que mantenerse enfocado en el trabajo, tener pasión y esforzarse duro para llevar a escena todo lo que se aprende en el salón de ensayo.
"El ensayo es muy importante porque es donde se forjan las relaciones y las conexiones entre los compañeros, entre los bailarines. Después se llevan a escena todas esas pasiones y expresiones, que ya salen de una manera natural. La respuesta siempre es trabajar duro para lograr, paso a paso, cada cosa en esta carrera", dijo.
Mathew Golding ha sido artista invitado en otras compañías de primer nivel en el circuito del ballet, como el Marinsky ruso, el Viena State Ballet, el Staatsballet Berlin, el Ballet Nacional de Canadá, el Tokyo Ballet y el English National Ballet.
Confesó que "haber pasado por varias compañías, trabajar con muchos maestros, coreógrafos, directores y bailarines; ver bailar en escena como compañeros a Julio Bocca, José Manuel Carreño o Carlos Acosta, ha contribuido a desarrollarme como bailarín, como persona, el carácter que tengo en escena. Es algo que siempre llevo conmigo y agradezco".
Solo queda esperar a que se descorran las cortinas de la sala mayor del Coloso del Prado para ver a este portentoso bailarín derrochar su arte ante el público cubano.
"Estoy muy emocionado por esta presentación. Es mi primera vez bailando en Cuba, una gran experiencia, y además, me interesa conocer su cultura, sus tradiciones. Es un gran honor poder formar parte de esta gala".
(Tomado del periódico Juventud Rebelde)