La emisión de gases de efecto invernadero en Brasil registró un incremento de 3,5 % en 2015 respecto al año anterior, reveló esta semana un informe del Observatorio del Clima.
El pasado año, el país emitió 1 927 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), mientras en el 2014 fueron 1 861 millones, detalló la entidad que agrupa a 40 organizaciones de la sociedad civil.
Responsable por un 24% de las emisiones contaminantes, el sector energético acusó sin embargo una caída de -5,3 %, atribuida a la reducción del nivel de la actividad económica y al incremento del uso de energías renovables.
La rama agropecuaria, que genera un 22% del CO2 lanzado a la atmósfera, registró un ligero incremento de 0,6 puntos porcentuales.
De acuerdo con el reporte del Observatorio del Clima, lo que más influyó en el aumento de las emisiones de efecto invernadero fue la deforestación. La transformación de zonas boscosas en áreas de plantaciones o para siembra de pasto representa un 46% de las emanaciones brasileñas, indicó la fuente.
Brasil validó en septiembre último el Acuerdo de París sobre cambio climático y ratificó así el compromiso de reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 37% hasta 2025 y en un 43% hasta 2030, tomando como base el año 2005.
Además, se propone lograr la deforestación cero en la Amazonia, restaurar y reforestar 12 millones de hectáreas de bosques y de otros 15 millones de hectáreas degradadas.
También, llevar a un 45% hasta 2030 la participación de las fuentes renovables en la matriz energética del país.
En 2015, la concentración atmosférica de CO2 -principal gas de efecto invernadero de larga duración- alcanzó 400 partes por millón (ppm), según informe de la Organización Meteorológica Mundial, OMM.
El Boletín sobre los gases de efecto invernadero que se publica anualmentela OMM, destaca que los niveles de CO2 se dispararon de nuevo en 2016, alcanzando nuevos récords como consecuencia del fenómeno de El Niño, que ha tenido devastadores efectos en distintas zonas del mundo entre 2015 y los primeros meses de 2016.
Los niveles de CO2 ya habían alcanzado anteriormente la barrera de las 400 ppm en algunos lugares concretos durante varios meses del año, pero nunca antes a escala mundial durante un año entero.
“En los años en que hay El Niño los niveles aumentan, pero en los que no existe este fenómeno, la concentración también crece, por lo que la única manera de reducir la concentración en la atmósfera es cortando las emisiones y aumentando la forestación”, dijo en una rueda de prensa el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Por ello el científico abogó por que se establezcan objetivos vinculantes de reducción de emisiones de CO2 para todos los países en aras de “ir de las palabras a los hechos”.
Las concentraciones de Dióxido de Carbono (CO2) en la atmósfera se dispararon de nuevo este año, y se espera que permanezcan por encima de la barrera simbólica de 440 partes por millón (ppm) durante todo 2016.
En 2015 la concentración atmosférica media mundial de CO2 alcanzó por primera vez el umbral de 400 ppm, y se disparó de nuevo en 2016 alcanzando nuevos récords como consecuencia del episodio de El Niño de gran intensidad, según indica el Boletín sobre los gases de efecto invernadero que publica anualmente la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Los niveles de CO2 ya habían alcanzado anteriormente la barrera de las 400 ppm en algunos lugares concretos durante varios meses del año, pero nunca antes a escala mundial durante un año entero, por lo que ya se habla de una 'nueva era' de realidad climática.
Según las predicciones de la estación más antigua de vigilancia de los gases de efecto invernadero, situada en la isla Mauna Loa (Hawái), las concentraciones de CO2 permanecerán por encima de las 400 ppm durante todo 2016 y no descenderán por debajo de ese nivel durante muchas generaciones.
El Niño provocó sequías en las regiones tropicales y redujo la capacidad de los 'sumideros' -como los bosques, la vegetación o los océanos- para absorber CO2.
Esos sumideros absorben actualmente alrededor de la mitad de las emisiones de Dióxido de Carbono, pero existe el riesgo de que se saturen, lo cual aumentaría la fracción de las emisiones de ese gas que permanece en la atmósfera, según se indica en el Boletín de la OMM sobre los gases de efecto invernadero.
(PL)
