Canciller de Ecuador Guillaume Long dialoga con Radio Habana Cuba

Editado por Maite González Martínez
2017-04-11 14:56:05

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Imagen ilustrativa (Internet)

Por: Roberto Bastida

En el contexto del XV Consejo Político del Alba-TCP, Radio Habana Cuba conversa con el canciller de Ecuador, Guillaume Long, quien estuvo al frente de la delegación de ese país sudamericano al magno evento en La Habana.

¿Qué puede decir sobre la solidaridad de los países del ALBA con Ecuador?

 Nosotros hemos podido expresar una vez más nuestro agradecimiento a las naciones, a los gobiernos de los pueblos hermanos del Alba que fueron los primeros en reconocer y felicitar al pueblo del Ecuador y al presidente ya electo Lenin Moreno por su triunfo. Estamos muy contentos de que Lenin haya ganado las elecciones, después de 10 años de revolución ciudadana era muy importante que pudiéramos continuar en la senda del desarrollo, en la senda de la lucha por mayor justicia social, un Ecuador que sigue creciendo, que sigue redistribuyendo, reafirmando su soberanía y que sigue cosechando grandes triunfos.

Después de dos años difíciles, 2015, 2016 fueron años complejos para Ecuador en los cuales los precios de las materias primas fueron para abajo y eso afecta a un país que tiene muchas exportaciones, no solamente petróleo. La apreciación del dólar para una economía dolarizada fue muy compleja, nos restó competitividad, eso afectó la economía y bueno el terrible terremoto, cuyo primer año vamos a recordar el próximo 16 de abril, que además de las pérdidas humanas irreparables, representó en términos económicos el 3,5 por ciento del PIB del Ecuador, 3500 millones de dólares solamente en conceptos de reconstrucción. Pero como dice el presidente Correa, no solamente los buenos momentos es que hay que evaluar la gestión de los gobiernos sino también en los momentos de dificultad. Muchas veces en lo que pasó y no en lo que pudo pasar y creo que lo que no pasó en el Ecuador fue una crisis que afectara a los más vulnerables, a los más pobres, sino más bien el costo de esas dificultades que se trasladó a los sectores más pudientes del Ecuador. Por primera vez en el país el costo de esta recesión no fue pagado por los más pobres y sí asumido por los sectores más rico de nuestra nación. Y creo que eso es una gran noticia de como sobrellevamos la situación.

El pueblo ecuatoriano supo premiar eso en las urnas, ver como gestionamos en los momentos de dificultad y como pudimos salir adelante. De hecho, llevamos ya tres trimestres consecutivos con total recuperación de la economía, con crecimiento, con obras inaugurándose, una clara señal de recuperación. El año 2017 va a ser un año de crecimiento y estamos otra vez con el mismo impulso que caracterizó la revolución ciudadana.

¿Qué criterio merece la acción de la derecha ecuatoriana de desmentir el triunfo de la Alianza-País?

Estamos hablando de un proceso electoral que fue impecable. Todas las misiones observadoras, tanto de la Unasur, la OEA y otras partes del mundo, reconocieron que fue un proceso impecable. Lastimosamente a pesar del reconocimiento internacional, a pesar de que todo el mundo habló de un proceso intachable y técnicamente muy bien llevado a cabo, hay un sector de la oposición que ha estado tratando de no reconocer los resultados electorales, generando zozobras e incluso actos de violencia condenables en nuestro país. Así que bueno agradecemos todas las muestras de solidaridad, las del canciller cubano Bruno Rodríguez en primer lugar y de todos los países hermanos del ALBA.

Creemos que en esta semana se deben normalizar las cosas. Hay un rechazo rotundo por parte de la ciudadanía ecuatoriana hacia los malos perdedores, quienes no han querido reconocer los resultados a pesar, e insisto, del reconocimiento por parte de todos los países, los de derecha, los del centro, los de izquierda que fue un proceso electoral ejemplar. Pero hay malos perdedores y esa es la oligarquía a la que nos enfrentamos. Ellos tuvieron por primera vez unas elecciones sin enfrentar al candidato Rafael Correa, seguramente vieron una gran oportunidad de regresar al poder y no ha sido así. El pueblo ecuatoriano ha seguido confiando en la Revolución Ciudadana y para ellos debe significar una decepción. Lastimosamente le están haciendo un gran daño al país. Por hacerle daño al gobierno le hacen daño al país de la democracia, la institucionalidad todo lo que nos ha costado tanto construir a nosotros los ecuatorianos.

¿Cuáles son los planes de Alianza-País para que el margen de diferencia que hubo en este triunfo para las próximas elecciones sea mayor entre la izquierda y la derecha?

Hay que seguir trabajando, sin duda el movimiento político del cual soy parte debe seguir trabajando con las bases, de todas formas, después de 10 años no es un mal resultado. Por primera vez, insisto, Rafael Correa no estaba en la papeleta y tener otro candidato que pudiera ganar con Alianza-País es una señal contundente de que la Revolución Ciudadana tiene credibilidad, más allá del compañero Rafael quien obviamente a través de su liderazgo ha sido nuestro líder.

Es muy positivo que podamos ganar con otros candidatos, pero evidentemente es una diferencia quizás menor a la que hubiésemos querido. De todas formas 230, 240 mil votos de diferencias es una diferencia importante. Hubo muchas otras elecciones a nivel regional con margen mucho menor, recordemos a Perú hace poco con 40 mil de diferencia y sin embargo la candidata perdedora reconoció enseguida. Creo que el presidente Macri ganó contra el candidato Scioli con una diferencia muy parecida a la que vimos ahora en Ecuador y sin embargo el candidato Scioli, derrotado igual en las urnas reconoció enseguida su derrota.

Lo vimos en el plebiscito en Colombia, con un margen muy pequeño, el presidente Santos tuvo la madurez enseguida de decir, hemos perdido el plebiscito. ¡Elecciones muy apretadas en Venezuela, en El Salvador que se han saldado con reconocimiento de los candidatos perdedores de que perdieron! Que pena que en Ecuador no haya podido triunfar esa madurez, esa responsabilidad democrática que debe tener cualquier político que decide jugar a las reglas del juego de la democracia y debe tener la sabiduría de reconocer su derrota cuando  todo así lo indica.



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