por Eileen Molina Fernández
El amor hacia los abuelos bien podría definirse como una dimensión especial dentro de la familia cubana, por constituir en gran medida el sostén y el orden del hogar, a partir de su vasta experiencia en el tránsito por la vida.
En los hogares cubanos, donde generalmente conviven dos o más generaciones, el respeto constituye una cualidad esencial para mantener la armonía entre los miembros de la familia, fundamentalmente hacia los ancianos.
La alegría, el cariño y a veces hasta un regaño oportuno, matizan la relación entre los nietos y sus abuelos, donde la complicidad y los secretos compartidos están presentes en la existencia cotidiana.
Acciones como buscar a los niños en la escuela, ir a clases de artes plásticas, idioma y ballet, son cotidianas en muchas familias en las cuales las personas de la tercera edad se mantienen activas y ocupan un lugar esencial en el desarrollo de los infantes.
Las historias divertidas del pasado, el álbum de fotos familiar y
los recuerdos de la primera infancia constituyen asuntos permanentes en las conversaciones de los ancianos, siempre prestos a ayudar, defender y corregir en la misma medida.
A través de múltiples experiencias, los adultos mayores ejercen una influencia positiva en su entorno social y en muchas ocasiones se convierten en segundos padres o madres ante la ausencia de uno de los progenitores.
Sin embargo, en algunas familias los abuelos se encuentran subvalorados y no poseen el marco apropiado para expresar sus opiniones sobre las problemáticas que puedan presentarse y se ven en determinados momentos privados de participar en decisiones colectivas del hogar.
Esta conducta afecta los intereses e influye negativamente en la autoestima de los longevos, para los cuales el lugar de convivencia es una herramienta esencial, debido a la inseguridad y la dependencia propias de la edad.
Mantenerse en plena vitalidad a pesar de los años y colaborar en las tareas de la casa, deben ser las premisas fundamentales que sustenten las relaciones en los hogares donde existen adultos mayores.
La preocupación y el cuidado constante de la salud y la calidad de vida de este sector de la población, comprometen a todos los miembros de la familia con su bienestar y es una prioridad del Estado cubano, a partir de diversas prestaciones, entre ellas los hogares de ancianos.
Dice un refrán popular que a los nietos se les quiere más que a los hijos, y es que el amor a manos llenas representa la mayor compensación para aquellos que alguna vez hicieron todo por su familia y hoy ya peinan canas.
El abuelo intenta reflejar su protagonismo de Padre Mayor, y en muchos casos con una mirada seria impone respecto sin que apele a los llamados regaños, que en determinados momentos sí son necesarios como una especie de Orden y de Alerta a lo que debe hacerse correctamente, sobre todo por parte de los nietos más apegados.
(ACN)