Por Amy Goodman y Denis Moynihan
El legendario periodista independiente I.F. Stone, conocido como “Izzy” Stone, solía advertir a menudo: “Todos los gobiernos mienten”. Pero hasta Izzy se hubiera sorprendido de la avalancha de mentiras del gobierno de Trump, tales como la declaración del presidente Donald Trump de que el cambio climático producido por el ser humano es un invento difundido por los chinos para dañar la economía estadounidense.
El calentamiento global ha intensificado los recientes desastres naturales de Houston, Miami, Puerto Rico y las Islas Vírgenes de Estados Unidos, y lo mismo sucede ahora con los incontrolables incendios forestales a lo largo de California.
Los huracanes de este año han golpeado con una fuerza récord. En nuestro planeta cada vez más cálido, con océanos que se calientan rápidamente, los huracanes ocurren con mayor frecuencia y potencia. El décimo huracán de este año acaba de recibir su nombre: Ofelia. No ha habido diez huracanes en una misma temporada desde 1893.
Al menos 82 personas fallecieron cuando el huracán Harvey azotó la costa del golfo de México y provocó inundaciones en Houston. La tormenta también condujo a la liberación de toneladas de contaminantes al aire y el agua, que se filtraron de las plantas de la floreciente industria petroquímica de la ciudad. Las estimaciones iniciales para la reconstrucción de Houston ascienden a unos 190.000 millones de dólares.
El huracán Irma causó la muerte de al menos 134 personas, de las cuales 90 ocurrieron en Estados Unidos. Entre ellas, 14 personas mayores que quedaron atrapadas en un hogar de ancianos caluroso, inundado y oscuro en Hollywood, Florida.
El Dr. Joel N. Myers, fundador y presidente de AccuWeather, declaró: “Lo que tampoco tiene precedentes es que esta tormenta en particular, Irma, ha mantenido un alto nivel de intensidad por un período de tiempo más largo que cualquier otro huracán o tifón, en cualquier océano del mundo, desde que comenzó la era satelital”. El Dr. Myers estima que el costo de la reconstrucción tras el huracán Irma, principalmente en Florida, es de 100.000 millones de dólares.
La devastación causada por el huracán María en Puerto Rico y el Caribe aún no se ha evaluado por completo. En Puerto Rico, la destrucción de la red eléctrica fue total. Después de tres semanas, al menos el 85% de la isla sigue sin electricidad. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias informó que el 63% de los 3.400.000 habitantes de la isla tiene acceso a agua potable, aunque esta información no ha sido verificada de manera independiente.
Las muertes registradas oficialmente en Puerto Rico al momento de redactar este artículo son 48, mientras que decenas de personas continúan desaparecidas. Sin embargo, estas cifras seguramente se queden cortas, ya que las regiones remotas de la isla han tenido muy poco contacto con el mundo exterior, y una nueva ola de infecciones graves vinculadas con las condiciones deficientes de salubridad está afectando a los habitantes del territorio. Se desconoce aún más la situación de la isla puertorriqueña de Vieques.
Luego del paso de la tormenta, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulin Cruz –vadeando con el agua hasta el pecho en medio de las inundaciones, megáfono en mano– ayudó a quienes habían quedado atrapados en sus hogares y organizó operaciones de rescate. Sus numerosos reclamos públicos de mayor ayuda para paliar la crisis humanitaria en Puerto Rico fueron desestimados por el director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, Brock Long, quien calificó sus manifestaciones públicas de “ruido político”. El propio Trump acusó a la alcaldesa de ser “desagradable”, y más adelante realizó un chocante e insensible acto durante su breve visita a la isla: arrojó rollos de papel higiénico hacia la multitud de sobrevivientes del huracán que se habían acercado a escucharlo.
En otra región de Estados Unidos, en California, más de 20 incendios forestales están arrasando varias zonas del estado. En Sonoma y Napa, los incendios han destruido vecindarios enteros; miles de hogares quedaron reducidos a cenizas y decenas de miles de habitantes se vieron obligados a ser evacuados. Al momento de escribir esta columna, hay 21 muertes confirmadas a causa de los incendios, además de cientos de personas que están desaparecidas.
La comunidad científica ha hallado un vínculo directo entre el cambio climático y los incendios de California. Park Williams, bioclimatólogo del Observatorio de la Tierra “Lamont-Doherty” de la Universidad de Columbia, observó en una entrevista para Democracy Now!: “Hemos podido calcular la superficie que se ha quemado debido al cambio climático causado por el ser humano, y hallamos que aproximadamente la mitad del área forestal del oeste de Estados Unidos que se ha quemado en los últimos 35 años es atribuible a esa tendencia de calentamiento. Y esa mitad es muy grande. Es una superficie del tamaño de Massachusetts y Connecticut combinados”.
Cuando se le preguntó sobre por qué los meteorólogos de las cadenas televisivas no hacían la conexión entre las condiciones climáticas extremas y el cambio climático, Williams replicó: “Los términos ‘calentamiento global’ y ‘cambio climático’ se han politizado. Pero en los círculos donde trabajo, con climatólogos reales que trabajan en estos temas a diario, no se duda en usar esos términos. A medida que se arrojan gases de efecto invernadero hacia la atmósfera, el mundo se calienta; ya sea que se trate de la Tierra o de otro planeta. Así son las leyes de la física. Por lo tanto, es sorprendente ver en la televisión a meteorólogos capacitados que evitan usar esos términos”.
No solo es sorprendente. Esta omisión generalizada refuerza los intentos de quienes niegan el fenómeno del cambio climático de confundir a la población estadounidense y detener así las acciones para revertirlo. Tenemos que preguntarnos: si tuviéramos medios de comunicación estatales en este país, ¿sería diferente? El presidente Trump se ha retirado del acuerdo climático de París.
El director de su Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, firmó una orden para rescindir el Plan de Energía Limpia del presidente Barack Obama, que hubiera limitado las emisiones contaminantes de las centrales eléctricas, al tiempo que declaró: “La guerra contra el carbón ha terminado”. Las mentiras del gobierno de Trump sobre el cambio climático están generando impactos reales hoy mismo. Y lo que resulta más devastador, las mentiras prácticamente garantizan un futuro plagado de desastres cada vez más letales.