Fidel Castro Ruz denuncia ante la prensa internacional el secuestro del avión que regresaria a La Habana a la delegacion asistente a la XV Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Foto: PL
Por: Equipo Editorial Fidel Soldado de las Ideas
La Habana, 18 sep (RHC) La noticia más importante del miércoles 14 de septiembre de 1960 fue aclamada por el pueblo cubano: Fidel viajará a Nueva York y hablará en la Asamblea General de la ONU. Sería la primera vez que lo haría. De boca en boca corría: “Fidel va a la ONU”.
A las 11:18 de la mañana del domingo 18 partió hacia Nueva York el jefe de la Revolución, quien presidió la delegación cubana en el XV periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Más de cinco horas esperó la multitud la llegada del avión. Pese a la pertinaz llovizna, nadie se movió de su puesto. Aproximadamente 500 policías y un número indeterminado de agentes secretos del Departamento de Estado y la policía local, se congregaron en el aeropuerto para “proteger” a Fidel.
Desde Cubadebate y el sitio Fidel Soldado de las Ideas, les proponemos recordar algunos de los momentos de aquellos días, a los cuales le continuaremos dando seguimiento en nuestras redes sociales y con la publicación del discurso de Fidel ante la ONU la próxima semana.
A las 4:34 p.m. Fidel arriba al aeropuerto internacional de Idlewild, en el hangar número 17, uno de los más apartados del enorme aeropuerto de Nueva York, Estados Unidos, para asistir a la XV Asamblea General de la ONU.
Más de 100 automóviles, 25 ómnibus y varios camiones, llenos de cubanos, dominicanos, nicaragüenses, venezolanos y otros, siguieron el automóvil que trasladó a Fidel hasta la ciudad. Poco después de las cinco de la tarde llegó la delegación cubana al hotel Shelburne, donde se hospedaría los días que estuviese en Nueva York.
Situándose junto a los micrófonos, Fidel dijo: “Saludo al pueblo norteamericano. Lo demás lo diremos en la ONU, oportunamente”.
Al siguiente día, 19 de septiembre, la gerencia del hotel Shelburne, le notificó a la delegación cubana que debía abandonar dicho establecimiento, negándose además a devolver 5 000 dólares depositados como garantía de pago. La administración del hotel declaró que para devolver ese depósito tendría que esperar instrucciones del Departamento de Estado en Washington.
Varios minutos antes de que Fidel abandonara el hotel para dirigirse a las Naciones Unidas, se detuvo para saludar al periodista Herbert Matthews, quien había acudido a visitar al Comandante.
La plática entre ambos se convirtió en una improvisada conferencia de prensa, dado que los periodistas que aguardaban la salida de Fidel, se unieron a la conversación.
Fidel denuncia en Nueva York ante la prensa internacional, el secuestro del avión que regresaría a La Habana a la delegación asistente a la XV Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), por contrarrevolucionarios de origen cubano al servicio de la CIA y del gobierno estadounidense.
A las 12:30, la delegación cubana llegó al hotel Theresa, donde se hospedó los días que permanecieron en Nueva York.
La llegada de Fidel ocurrió entre gritos de millares de los más humildes habitantes de Nueva York que aclamaron al líder cubano con gritos de ¡Viva Castro! y ¡Fidel, Fidel, Fidel!
El legendario dirigente afroamericano Malcolm X visita la delegación cubana y se reúnen en el Hotel Theresa.
A las 12 y 14 minutos del mediodía del martes 20, apareció frente al hotel Theresa, Nikita Jruschov. Pasó al interior del hotel y se dirigió hasta la puerta de las habitaciones del jefe de la Revolución cubana, quien lo recibió personalmente, con fuertes apretones de manos.
Ambos líderes sostuvieron una cordial y animada conversación. Después del encuentro con el dirigente soviético, Fidel participó en la sesión de la Asamblea de la tarde de ese martes 20. Y aquí se produjo el segundo encuentro entre Nikita y Fidel, cuando el primer Ministro soviético se levantó de su asiento para saludar a líder cubano. Los periodistas y empleados de las Naciones Unidas confirmaron que era la primera vez en la historia de ese organismo que un jefe de Gobierno se levantaba para ir a saludar a otro jefe de Gobierno.
El jueves 22 Cuba fue excluida de un almuerzo que ofreció el presidente Eisenhower a las delegaciones latinoamericanas. Como respuesta a la exclusión de Cuba, el jefe de la delegación uruguaya ante la ONU rehusó diplomáticamente asistir a ese almuerzo.
A la pregunta de un periodista sobre la no invitación de Cuba al banquete, Fidel respondió: “Me parece bien y lo que deseo es que los que asistan a él tengan buen apetito. Yo almorzaré en el barrio de Harlem, con los humildes. Yo pertenezco al pueblo humilde”.
Fidel almorzó con los empleados y el propietario del hotel Theresa, Love Woods, y le obsequió a este un busto del prócer cubano José Martí, con esta inscripción: “Peca contra la humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio de las razas”.
En horas de la noche se brindó una comida a Fidel, auspiciada por el Comité Cubano Norteamericano. En ella, Fidel, sobre su estancia en el hotel Theresa, expresó:
“Me siento como quien camina en un desierto y se encuentra, de repente, en un oasis. (...) Una de las cosas más difíciles para nosotros es que siempre tenemos que explicar la diferencia entre el pueblo y aquellos que son responsables de actos a los que no se puede culpar al pueblo. (...) cualesquiera que sean las dificultades, siempre habrá amor para el pueblo de los Estados Unidos”. (Fuente: Cubadebate)