Nicholas Riccardi y Hannah Fingerhut (AP)
Denver, sep.- La mayoría de los simpatizantes del presidente Donald Trump planean emitir su voto el día de las elecciones, mientras que alrededor de la mitad de los partidarios del candidato demócrata Joe Biden lo harán anticipadamente por correo, en lo que representa una señal de una creciente división partidista sobre la mejor manera de realizar las elecciones en Estados Unidos.
En esta fotografía del 8 de septiembre de 2020 se muestran urnas en Chesterfield, Nueva Hampshire. (Kristopher Radder/The Brattleboro Reformer vía AP)
En general, 39% de los estadounidenses registrados para votar dijeron que sufragarán por correo, muy por encima del 21% que dijeron que normalmente votan de esa forma, de acuerdo con una nueva encuesta del NORC Center for Public Affairs Research (Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos) y The Associated Press. El aumento está sesgado hacia los partidarios del exvicepresidente, 53% de los cuales planean votar por correo. Entre los simpatizantes de Trump, 57% dijeron que votarán en persona el 3 de noviembre.
El 54% de los votantes informó que votaran antes de que los centros de votación abran el día de las elecciones. En 2016, apenas 42% lo hicieron.
Durante meses, Trump ha denigrado el voto por correo y los demócratas han expresado inquietudes sobre las demoras en el servicio de correo que podrían impedir que se contabilicen las papeletas. La encuesta encontró un decreciente entusiasmo por el voto por correo: apenas 28% de los estadounidenses dijeron que estarían de acuerdo en que su estado realice elecciones exclusivamente por correo, menos del 40% que dijo eso en abril mientras la pandemia de coronavirus se propagaba por primera vez en Estados Unidos y antes de que Trump lanzara su campaña contra el voto por correo.
El apoyo en los estados que permiten que las personas voten por correo sin requerir una justificación es más alto, pero también es menor al registrado en abril, de 47% actualmente a 56% meses atrás.
Sherry Santiago, de 55 años y residente de Palm Bay, Florida, es discapacitada y no puede conducir. La demócrata dijo que casi pierde la oportunidad de votar en 2016 porque no pudo conseguir quien la llevara al centro de votación. Señaló que está contenta de votar por correo este año.
“No quiero arriesgarme a perdérmelos”, dijo Santiago sobre los comicios. “Tengo plena confianza en el voto por correo. No me preocupa que haya algún problema”.
Pero la republicana Michelle Harman, de 44 años y quien trabaja en la industria petrolera en Artesia, Nuevo México, planea votar presencialmente el día de las elecciones.
“Este año más que nunca, hay un terreno poco definido sobre lo que podría pasarle a tu voto”, dijo Harman. Agregó que no cuestionó el voto por correo en 2016 cuando se encontraba fuera de la ciudad.
Tradicionalmente, el voto por correo no ha sido una cuestión partidista. Hasta hace poco, era más probable que los republicanos lo hicieran que los demócratas, debido a que los votantes de mayor edad son más propensos a votar por correo que los jóvenes.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron hace unos meses votar por correo como una alternativa para evitar interacciones en los centros de votación, que podrían representar un riesgo de contraer el coronavirus. Los estados han batallado para ajustarse al aumento previsto previo a los comicios, con casi más de una treinta que están cambiando sus normas de voto por correo en respuesta a la pandemia.
Desde entonces, el presidente Trump ha tratado de avivar el escepticismo en torno al voto por correo, afirmando sin pruebas que su uso generalizado conducirá a maniobras fraudulentas. Trump alertó que el voto por correo podría llevar a tantas personas a votar que “nunca más se volvería a elegir a un republicano en este país”. El jueves, condenó el plan de 10 estados de enviar de manera activa papeletas para el voto por correo a las personas registradas, afirmando sin ofrecer pruebas que significa que el resultado de las elecciones de noviembre no se determinaría con precisión.
Estudios de elecciones anteriores han mostrado que el fraude electoral es sumamente inusual. En cinco estados que generalmente envían papeletas a todos los votantes, no se han registrado casos importantes de fraude ni dificultades para contar los votos.