Río Yayabo. Foto: Archivo/RHC.
Por: Israel Hernández Álvarez
Sancti Spíritus, 22 oct (RHC) En varios sitios de Cuba existió El Güije, personaje que, según el mito, habitaba en ríos, pozos, lagunas o algún que otro charco, y era protagonista de sustos y otras travesuras. Como en muchos sitios del país hizo acto de presencia en el término municipal de Sancti Spíritus con el nombre de El Güije del río Yayabo.
Por su carácter sugestivo ocupaba la atención de los moradores de la zona espirituana, quienes transmitían de generación en generación relatos de este fantasma que la ficción lo convirtió hasta en un semidiós.
Cuenta la leyenda que, en el caso de esta región central cubana, tenía su morada en la corriente fluvial del Yayabo y desde éste, hacía sus incursiones a otros ríos del término municipal.
Como todo güije hacía muchas diabluras y, sobre todo, asustaba: Por ejemplo se decía que en las tradicionales fiestas Santiagueras hacía recorridos a caballo, bebía incansablemente –sin emborracharse- y asistía enmascarado a los bailes sin que nadie pudiera conocerlo.
Según Manuel Martínez-Moles Echemendía, destacada figura política, de la historia y las letras en el siglo XIX, este güije se vinculaba a presagios de grandes calamidades como el azote de enfermedades y hasta a una lluvia de estrellas e, igualmente, se expresaba de forma supersticiosa que salía junto al diablo los jueves y viernes santos en un paseo que concluía en la Iglesia Parroquial Mayor.
“Nuestro güije –escribió Martínez-Moles- tenía su dialéctica y no era tan diabólico, puesto que, según señala el referido mito, llegó a participar en las Guerras de Independencia como mambí, burlando la férrea vigilancia del gobierno español”.
Tanta fue la ignorancia durante los siglos de atraso colonial y a lo largo de más de 50 años de república neocolonial, que el oscurantismo enajenaba y entretenía la mentalidad popular, propiciando que las soluciones no se buscaran en la tierra.
Pero ya ese personaje de la leyenda no atemoriza a niños ni a adultos en Sancti Spíritus, ni en ningún lugar de Cuba, porque el conocimiento brindado por la Revolución ha permitido que solo esté en el recuerdo de algún que otro abuelo o bisabuelo, que ahora lo tratan de forma divertida para hacer reír a nietos o bisnietos.
Los historiadores cubanos José Luciano Franco y José Rafael Lauzán afirmaron que los güijes fueron creados por los colonizadores españoles para asustar a los niños y evitar que se bañaran en ríos y lagunas, pero esa superstición se apoderó de muchos adultos que por ignorancia la han difundido durante años.
En la obra Mitología Cubana, del investigador Samuel Feijóo, se expone que las denominaciones de El Güije o Jigüe aluden a “un pequeño ser de las aguas, generalmente negro o indio con diferentes características físicas y psicológicas.
El poeta Nicolás Guillén, en su poema Balada del Güije, lo presentó cruel y sanguinario; pero lo cierto es que, de una u otra manera, este personaje del imaginario popular ha aparecido en la literatura, la música, las artes plásticas, películas, series infantiles y dibujos animados cubanos. (Fuente: ACN)