Dulce María Loynaz
Fue un 10 de diciembre pero del año 1902 cuando Dulce María Loynaz vio la luz por primera vez. Hace 120 años.
Recuerdo cuando leí algunos de sus poemas allá por 1948. Quizás era muy joven para entenderlos, pero sabía que estaba leyendo algo trascendental en el escenario poético al cual yo me inclinaba fervorosamente. Era Dulce María una poetisa que ofrecía recitales, una creadora publicada en España, que había recibido premios por su obra, y que la misma aparecía en la prensa española con los más cálidos elogios.
Novela Jardín de Dulce María Loynaz
En mi jardín hay rosas.
Yo te las quiero dar
Las rosas que mañana…
Mañana no tendrás.
……………………
Deja deja el jardín…
no toques el rosal.
Las cosas que se mueren
no se deben tocar
Como diría César López, el profesor, poeta y estudioso de Dulce, llegó a ser una venerable señora de la poesía. Era sobre todo, la creadora para la vida y la vida en la poesía.
Su obra es pura poesía, absolutamente pura poesía, abierta al mundo, tan transparente como el agua que hizo brotar límpida y fresca para que nos inundáramos de ella.
La mujer que tiene un amor en el mar
es como más fina y más irreal:
Va sobre la tierra y parece que va
sobre el agua. -Un agua que no se ve ya…-
La mujer que ama un amor de mar
tiene finos barcos en fuga detrás
de los ojos claros como de cristal,
no mira de frente ni quiere mirar…
La mujer que tiene su amor en el mar,
más tiene una estrella en la inmensidad…
Cuando se casa en segundas nupcias con el periodista Pablo Álvarez de Cañas, su amor de siempre, hace su primer viaje a Tenerife y ofrece recitales en Canarias. Allí la hicieron hija adoptiva.
Amor que llegas tarde
Tráeme al menos la paz
Amor de atardeceres ¿por qué extraviado
camino llega a mi soledad?
Le encantaba viajar. Deliciosas crónicas nos ofrece. Había visitado a México y a otros países de América del Sur. En Estados Unidos ofreció conferencias y vuelve una y otra vez a España, que siempre la publica y a distintas partes del mundo europeo y de regreso y con la excelsa Gabriela Mistral, asiste a un recital aquí en la Habana. Después de nuevo a España y en el 60 viaja a los Estados Unidos.
Su prosa es poesía, su sentir es poesía, su talento emana poesía que nos invade y fortalece en aquellos versos inmensos , que se escapan de su pluma:
En la Carta de Amor al Rey TUT- ANK-AMEN, en sus poemas Náufragos aquí les trascribo para su disfrute;
Si las gentes sensatas no se hubieran encolerizado, yo te hubiera sacado de tus cinco sarcófagos, te hubiera desatado las ligaduras que oprimían demasiado tu cuerpo endeble y te hubiera envuelto suavemente en mi chal de seda.
Así te hubiera yo recostado sobre mi pecho como un niño enfermo… Y como a un niño enfermo habría empezado a cantarte la más bella de mis canciones tropicales, el más dulce, el más breve de mis poemas.
Recibe múltiples homenajes, provincias cubanas, instituciones culturales, países, Cuba y el mundo la aclaman .
Merece en 1987 el Premio Nacional de Literatura.
El 5 de noviembre de 1992 es merecedora del Premio Miguel de Cervantes. Al año siguiente viaja España. Allí de manos del Rey recibe el premio otorgado. Hace 30 años.
Premio Miguel de Cervantes
En 1995 se despide de la Academia Cubana de la Lengua y queda como Presidenta de Honor.
En 1997, sus estado de salud empeora. El Centro Cultural de la Embajada de España celebra el 45 años de la publicación de su novela Jardín. Es su última aparición pública. Muere el 17 de abril del mismo año.
Estoy contenta porque la tierra mojada de lluvia, huele para mí...(Tomado del periódico Cubarte)