Guiteras, el hombre que impresionó al Che

Editado por Maria Calvo
2023-05-08 07:55:49

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Museo Memorial El Morrillo se rememora el asesinato de Antonio Guiteras y Carlos Aponte. Foto: Ventura de Jesús

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El 8 de mayo de 1935 Antonio Guiteras y el venezolano Carlos Aponte fueron ultimados en las inmediaciones del antiguo fuerte español levantado a unos metros de la desembocadura del río Canímar, hoy Museo Memorial El Morrillo. Una delación favoreció los planes homicidas.

«Así se perdió la figura más empinada, el ánimo mejor templado, la voluntad más indomeñable, el brazo más enérgico y el espíritu más puro del movimiento nacional revolucionario», señaló Raúl Roa.

Quiso lo que nosotros queremos y cayó antes de lograrlo, diría Fidel algunos años después, al considerar el significado de su ideario.

En cierto modo ratificaba su aprecio por aquel «joven valeroso y carismático, dueño de ideas claras y radicales», al que la Generación del Centenario también se encomendó cuando fue al asalto del Moncada.

Nada asombroso, pues –según no pocos historiadores– hay mucho de Guiteras en otros paladines de la Revolución Cubana, como el Che, Camilo y el propio Fidel, y mucha semejanza en sus programas de lucha.

El reconocido escritor Paco Ignacio Taibo II destacó el parecido de Guiteras con el Che, un paralelo que se da en varias direcciones, sobre todo en el estilo, desprendimiento y la actitud revolucionaria.

Como nota curiosa, el 8 de mayo de 1959, Ernesto Che Guevara visitó el obelisco situado en la ribera del río Canímar para rendirle tributo. Atestiguan que en la mirada del Guerrillero Heroico era visible la admiración por Guiteras, de quien tuvo información a través de Fidel en los días en que se entrenaban como expedicionarios del yate Granma.

Así lo confirmaron las fotografías tomadas por el fotorreportero yumurino Guillermo Miró. En una de ellas se ve al Che ensimismado, como reproduciendo imaginariamente los últimos instantes vividos por aquellos dos hombres.

En otras muchas oportunidades el legendario luchador argentino concedió valor al luchador antimperialista, y se recuerda la frase: «Porque somos también lo que quería Guiteras, somos el ejemplo que él soñó para la América entera…».

Sin lugar a dudas, al Che lo impresionó aquel joven firme e inquebrantable.

Fue junto a Julio Antonio Mella, símbolo del joven rebelde, de quienes plasmaron y demostraron con hechos que en Cuba era preciso ser antimperialista para ser revolucionario.

Guiteras se comporta como un comunista, aunque no se identifique como tal, escribió el notable pensador revolucionario Fernando Martínez Heredia, tras acentuar que en su ideario político se evidenció una profunda convicción antimperialista.

Fundó y dirigió la Unión Revolucionaria, organización que plantea la lucha armada antimperialista como solución al problema de Cuba, y más tarde encabezó una gestión práctica desde el llamado Gobierno de los Cien Díaz.

Guiteras implantó medidas y emprendió actuaciones muy radicales de justicia social. Entre ellas aparece el establecimiento de la jornada de ocho horas, la intervención de la Compañía Cubana de Electricidad, la Ley del salario mínimo, la Autonomía universitaria y el juicio y castigo a los criminales machadistas, entre otras.

Por supuesto, se convirtió en un tipo de hombre que no le convenía a las élites de la época y mucho menos a quienes patrocinaban los intereses yanquis en Cuba.

Luego, desde La Joven Cuba y ya en la clandestinidad, concibe un programa de lucha armada como estrategia para enfrentar al Gobierno.

En unión de otros revolucionarios, decide entonces salir hacia México, para desde allí preparar la lucha y organizar una expedición que desembarcaría por el oriente con el objetivo de marchar a la Sierra Maestra y crear un foco guerrillero.

Creyó conveniente confabularse con un viejo conocido suyo en Matanzas, quien le prometió todo el apoyo necesario. Esa persona, a la que consideraba de toda confianza, traicionó a Guiteras y condujo a las fuerzas represivas hasta el viejo y abandonado fortín.  

En la mañana del 8 de mayo de 1935, los dos revolucionarios son rodeados por tierra y mar y caen en desigual combate.

Cuentan que cuando se hizo evidente el momento del desenlace, Aponte le dice a Tony: «Antes de rendirnos nos morimos», y Guiteras responde: «Nos morimos».

Y aunque el pasaje parece más bien hijo de la leyenda para glorificar el heroísmo, uno puede suponer que hombres así podían muy bien estar resueltos a todo, escudados en su valor y en su ideal.

Aquel temple, unido a su convicción antimperialista, agrandó en Guiteras su prestigio moral y fue quizá de las cualidades por las que conquistó las simpatías del Che.(Tomado del diario Granma)



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