Imagen ilustrativa
Por Alfredo García Almeida*
El conflicto entre Washington y Moscú en Ucrania, provoca el primer “daño colateral”: las elecciones presidenciales en EEUU en 2024. Faltando 18 meses para la justa presidencial, a diferencia del tradicional tema económico en la decisión popular del voto, el contencioso ucranio se perfila como prioridad de los votantes en las primarias de ambos partidos y el programa de gobierno de los candidatos que finalmente sean nominados.
Las fracturas de los partidos Republicano y Demócrata, con la aparición de calificados precandidatos que retan al expresidente, Donald Trump y al presidente, Joe Biden, son señales de que la nación norteamericana se enfrenta a un inédito escenario electoral.
En el caso de los republicanos, el desafío del gobernador de La Florida, Ron DeSantis, al expresidente, Trump, divide los votos del partido haciéndole más vulnerable a una derrota por parte del candidato demócrata. De igual manera, la aparición de Robert F. Kennedy Jr., hijo del Fiscal de la nación asesinado, Robert F. Kennedy, y sobrino del presidente, John F. Kennedy, también asesinado, revela una oposición demócrata poco visible contra el presidente Biden, que fracciona a los votantes demócratas.
La formación política de DeSantis, dentro de las estructuras operativas de la ultraderecha republicana (Tea Party y Freedom Caucus), así como la procedencia de Kennedy de una destacada familia liberal en la política, el gobierno y los negocios desde hace más de seis décadas, son como pequeños movimientos subterráneos que presagian una nueva alineación de las placas tectónicas en ambos partidos, que pueden mejorar su estructura o desencadenar un terremoto político.
Trump y De Santis, coinciden con matices en criticar el involucramiento del gobierno de Biden en la guerra en Ucrania y abogan por una solución diplomática del conflicto. Para el expresidente Trump, “la guerra de Ucrania no habría estallado, si hubiera logrado la reelección en las elecciones de 2020”. No obstante, aseguró (con vista al futuro), que “puede acabar con la guerra de Rusia en Ucrania en 24 horas”.
Desde Polonia, a finales del pasado febrero, Biden, sin experiencia militar, se comprometió con la escalada de la guerra: “Ucrania nunca será una victoria para Rusia, nunca”, sentenció, tras prometer más ayuda financiera y militar. Mientras que para Kennedy Jr.: “El presidente Biden y el establishment estadunidense, mienten sobre la guerra contra Rusia en Ucrania”, culpándolo de la muerte de miles de ucranios, “amén de los 130 mil millones de dólares arrancados de los bolsillos de los contribuyentes”, beneficiando de paso, a “los tenedores de acciones del complejo militar-industrial-digital”.
Si para el equipo de Biden, eliminar de los titulares mediáticos la guerra en Ucrania antes de iniciar la campaña presidencial es una prioridad, para los republicanos es lo contrario. Se espera que el tema de una mayor implicación de EEUU y la OTAN en la guerra ucrania vs solución diplomática para sacar a Washington del conflicto, se convierta en el eje del debate en las primarias de ambos partidos y luego en la campaña electoral por la presidencia. Las heridas de la guerra de Vietnam, Afganistán, Irak y Siria, siguen abiertas en la sociedad norteamericana. Y en el pueblo hay hambre de paz.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.