La MINUSMA se ha convertido en "parte del problema" y despertado “una gran desconfianza” entre la población y el Gobierno, afirmó titular maliense de Exteriores. (Foto:Hispantv)
Por Alfredo García Almeida*
“El Gobierno de Mali pide la retirada sin demora de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización, (MINUSMA), cuyo mandato expira el próximo 30 de junio, declaró el ministro de Exteriores de Mali, Abdoulaye Diop, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, el pasado viernes.
Diop, criticó que la Minusma se haya “convertido en parte del problema” en Mali y que haya despertado “una gran desconfianza” entre la población y el Gobierno, después de afirmar que la situación en el país en 2023, es peor que la de diez años atrás, lo que demuestra el “fracaso” de la misión. Los embajadores de Rusia y China, destacaron en el Consejo de Seguridad, la necesidad de tomar en cuenta la opinión y las prioridades del Gobierno maliense, así como su voluntad de redefinir su relación con la “misión”.
MINUSMA fue instituida por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU el 23 de abril de 2013, actualmente formada por 11,676 soldados y 1,588 civiles. Con el eufemístico nombre, la “misión” responde por “la protección de la población civil, la observancia de los derechos humanos y la creación de condiciones para ayuda humanitaria”.
La República de Mali, es un Estado sin litoral situado en África Occidental, que tiene como su capital a la ciudad de Bamako. Es el octavo país más extenso de África y limita al norte con Argelia, al este con Níger, al oeste con Mauritania y Senegal y al sur con Costa de Marfil, Guinea y con Burkina Faso. Su superficie es de 1 240 192 km2 y su población estimada en 20 millones de habitantes. La estructura económica del país se basa en la agricultura y la pesca. Sus recursos naturales son el oro, el uranio y la sal.
El territorio de Mali fue colonizado por Francia a fines del siglo XIX, pasando a formar parte del Sudán francés. En 1959 consiguió su “independencia” junto con Senegal, convirtiéndose así en la Federación Mali, la que se desintegraría un año después. Un golpe de Estado en 1991, llevó a la redacción de una nueva constitución y al establecimiento de Mali como una nación democrática con un sistema pluripartidista.
La petición de Mali se produce con el país inmerso en una campaña política, para aprobar en un referéndum una nueva Constitución que dé legitimidad al Gobierno militar, llegado al poder tras un doble golpe de Estado en 2020 y 2021, que ha prometido entregar el poder a los civiles en marzo de 2024. El pasado 25 de mayo, miles de personas se manifestaron en la capital maliense, Bamako, para exigir la retirada de la Minusma del país africano, a la que calificaron de “fuerza de ocupación”.
Mali sufre desde 2012, un conflicto armado entre fuerzas gubernamentales y varios grupos separatistas vinculados a Al Qaida, ocupando amplias zonas de territorio. La situación se hizo crítica, tras el estallido de la agresión militar de EEUU, Francia, Reino Unido y la OTAN contra Libia y el derrocamiento del líder de la revolución, Muamar Gadafi, en 2011.
“Si Gadafi hubiese pedido ayuda a Rusia él seguiría en el poder, Libia se mantendría en paz y en Mali no llevaríamos diez años de guerra. Fue Francia la que desató la crisis de Libia. Por eso, puede intervenir en Mali en 2012, pero no para combatir a los terroristas, sino para tomar nuestros recursos naturales: el hierro, el oro, el gas, el petróleo y el uranio. Los necesita para seguir siendo una potencia mundial, recolonizando”, declaró, el diputado, Ben Diarra, miembro del Consejo Nacional de Transición, órgano legislativo creado para la transición de Mali, en agosto de 2020.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.