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Por Alfredo García Almeida*
Rusia respondió a los recientes acuerdos de la OTAN en Vilna: “Tomando en cuenta los desafíos y las amenazas a la seguridad y los intereses de Rusia, responderemos de una manera oportuna y coherente, utilizando todos los medios y métodos a nuestra disposición. Además de las decisiones ya tomadas, continuaremos fortaleciendo la organización militar y el sistema de defensa del país”, declaró la cancillería rusa.
“Los resultados de la cumbre, demuestran que la organización ha vuelto finalmente a los esquemas de la Guerra Fría. El 'Occidente colectivo' liderado por Estados Unidos, no está dispuesto a aceptar la formación de un mundo multipolar y pretende defender su hegemonía por todos los medios disponibles, incluidos los militares. Los intentos de la OTAN de cubrir sus aspiraciones y acciones agresivas con la Carta de la ONU, no resisten ninguna crítica. La Alianza y la Organización Mundial no tienen nada en común. Para Occidente, el orden basado en normas, es una prerrogativa que se otorga a sí mismo para violar el derecho internacional”, agrega el documento ruso.
Ese mismo día, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió que “la Tercera Guerra Mundial está cada vez más cerca”, al comentar el incremento de la ayuda militar de los países de la OTAN a Ucrania.
Por su parte China, a través de su Misión ante la Unión Europea, UE, declaró: “China se opone firmemente a la expansión hacia el este de la OTAN en la región de Asia y el Pacífico”, y su enérgico “rechazo” a las afirmaciones de la OTAN que describió a China como un “desafío sistémico”, lo que hace eco de “una mentalidad de Guerra Fría y un sesgo ideológico”.
A poco más de un año de la prudente declaración del presidente, Joe Biden, tras el inicio de la “Operación Militar Especial” de Rusia en Ucrania, cuando desde la Casa Blanca se comprometió a “evitar una confrontación directa entre la OTAN y Rusia porque provocaría la tercera guerra mundial”, el conflicto ha ido escalando peligrosamente, lo que concita dudas sobre su declaración.
Tomando el supuesto “compromiso” de evitar un conflicto directo con Moscú como escudo internacional, la estrategia de EEUU a través de la OTAN, ha sido convertirse solapadamente, en retaguardia financiera y militar de la guerra en Ucrania, liderando la partición individual de los miembros de la Unión Europea, UE, con el suministro de armamentos y equipos a las Fuerzas Armadas de Ucrania, para “ayudar” a defenderse de la “agresión rusa”.
Con la “solidaridad” de EEUU, Canadá y la UE, enviando armamento y equipos cada vez más sofisticados, Ucrania ha dejado de ser una amenaza potencial contra Rusia, para convertirse en el peligro real que el presidente, Vladimir Putin, anticipó durante años si Kiev era incorporado como miembro pleno de la OTAN, con el agravante de incluir a China en el conflicto mundial.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.