Fiscal, Carlos Stornelli (I) y el juez Sebastián Ramos.
Por Alfredo García Almeida
La ultraderecha argentina, deja sentir la nostalgia por sus históricos vínculos con sus colegas conservadores de EEUU. El juez, Sebastián Ramos y el fiscal, Carlos Stornelli, abrieron una investigación sobre presuntos “crímenes de lesa humanidad”, perpetrados por las autoridades venezolanas contra la oposición al amparo de la jurisdicción universal, después de un recurso que hace un mes introdujo la Fundación Clooney.
El juez Ramos es notorio por su involucramiento en escándalos de tráfico de influencias. Stornelli es hijo del teniente coronel, Atilio Stornelli, quien comandó la intervención de la Radio Belgrano, durante la última dictadura militar (1976-83). El fiscal Stornelli se hizo notorio por adelantar causas desde 2002, contra los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. En 2018 fue acusado de participar en una asociación ilícita con el fin de extorsionar a empresarios para no ser incluido en las investigaciones, siendo declarado en “rebeldía” por negarse a testificar.
La Fundación Clooney del actor norteamericano, George Clooney y su esposa británica, Amal Clooney, que presume defender los “derechos humanos”, sostuvo que “Argentina debe investigar las sistemáticas y graves violaciones a los derechos humanos cometidas en Venezuela, sobre la base del principio de jurisdicción universal”, que permite a los países enjuiciar los presuntos crímenes, con independencia del lugar donde se hayan cometido y de la nacionalidad del autor o de la víctima.
El documento del juez y el fiscal, pide que se envíen exhortos a Venezuela y requiere la colaboración de jueces y fiscales locales. Además, solicitó que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, remita copias certificadas de una serie de informes. Stornelli también pidió colaboración a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), para que remita “copia certificada de todas las actuaciones que se hubieren sustanciado, en relación con la situación de Venezuela”. El involucramiento de la Fundación Clooney, el juez Ramos y el fiscal Stornelli, en la campaña contra el gobierno venezolano, sugiere un sumiso intento de reiniciar los viejos vínculos ultraderechistas entre la dictadura argentina y el gobierno de Ronald Reagan.
A partir del triunfo de la revolución sandinista en julio de 1979, la dictadura argentina en coordinación con su mentor, el Pentágono, entrenó y asesoró a fuerzas militares y paramilitares de contrainsurgencia en Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, mediante la “Operación Charly” bajo la bandera del “anticomunismo”, aplicando métodos terroristas. Pero no fue hasta el ascenso de Ronald Reagan a la Casa Blanca en 1981, que la dictadura argentina participó en la “guerra sucia” contra Nicaragua, siguiendo la estrategia imperialista de Washington en Centroamérica.
Sin embargo esa “luna de miel” duró hasta que un “guiño” procedente de Washington, mal entendido por el general, Leopoldo Galtieri, entonces al frente de la dictadura, provocó que ordenara la recuperación militar de las Islas Malvinas bajo la centenaria ocupación colonial del Reino Unido, contando con el supuesto “apoyo” del presidente Reagan, algo que no ocurrió, y el Ejército junto a la ultraderecha argentina recibieron una humillante derrota militar y política.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.