Durante décadas, Estados Unidos ha sido el principal proveedor de armas, logística, bases aéreas
y planes de combate de los países europeos.
Por Alfredo García Almeida*
“A confesión de partes, relevo de prueba”. El conocido axioma jurídico, significa que quien confiesa el hecho, exime a la contraparte de tener que probarlo.
El pasado 12 de julio, el periódico, The New York Times, icono del ideario liberal norteamericano, publicó un artículo titulado: “La OTAN no es lo que dice que es”, donde explica cómo la Alianza Atlántica asegura la hegemonía de EEUU en Europa, lo que al final de su reciente Cumbre en Vilna, es muy fácil de entender.
Al término de la Cumbre, desde la capital de Lituania, un Estado exsoviético ahora miembro del bloque Atlántico y estrecho aliado de Washington, el presidente, Joe Biden, declaró con aire triunfalista: “La OTAN es más fuerte, más dinámica y, sí, está más unida que nunca en su historia” (…) “Hoy los compromisos a largo plazo que estamos adquiriendo, están respaldados por la noción de que, mientras tanto, vamos a proporcionar seguridad a Ucrania para sus necesidades y contra cualquier agresión que pueda producirse. Vamos a ayudar a Ucrania a construir una defensa fuerte a través de la tierra, el aire y el mar”, prometió Biden.
En ese contexto, la Cumbre de la OTAN acordó: “Trabajar en compromisos y acuerdos bilaterales de seguridad a largo plazo con vistas a tres objetivos: Garantizar una fuerza sostenible capaz de defender a Ucrania ahora y disuadir la agresión rusa en el futuro, reforzar la estabilidad y resiliencia económica de Ucrania y proporcionar apoyo técnico y financiero para las necesidades inmediatas de Ucrania”.
El artículo del Times afirma sin ambages: “Pese a que personajes como el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaran que el objetivo de la alianza es preservar la paz y la seguridad o defender a Europa, la realidad es que la finalidad del organismo es otro muy distinto: hacer que Europa dependa del poder estadounidense y continuar enriqueciendo a su complejo militar industrial”.
Y prosigue el diario: “Antes del inicio de la operación militar rusa en Ucrania, aproximadamente la mitad del gasto militar europeo se destinaba a los fabricantes estadounidenses. Pero la creciente demanda para enviar apoyo militar a Kiev, ha exacerbado la compra de material bélico de fabricación estadounidense, a medida que los compradores se apresuran a adquirir tanques, aviones de combate y otros sistemas de armas, asegurándose contratos costosos de varios años”.
La nota destaca cómo los presuntos idearios de la alianza de “democracia” y “derechos humanos”, dieron paso a la actividad bélica bajo la justificación de la lucha contra el “terrorismo” y el impulso de las ideas liberales. “Esto benefició a las industrias armamentistas de EEUU, cuyos funcionarios de Defensa son sus principales cabilderos. Durante décadas, Estados Unidos ha sido el principal proveedor de armas, logística, bases aéreas y planes de combate de los países europeos”.
Muchos expertos coinciden en que la OTAN, es una organización multilateral solo en teoría y que en la práctica, la nación encargada de tomar las decisiones es EEUU, por lo que las políticas que se impulsan en Europa y el resto del mundo, son obviamente las que defienden los intereses de la nación norteamericana.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.
