Imagen de archivo/RHC
Por Alfredo García Almeida*
El advenedizo presidente de Ecuador, Daniel Noboa, pasó a la historia como representante de una nueva generación de políticos conservadores, que no respetan el orden internacional construido por sus abuelos y padres.
La noche del 5 de abril, la Policía de Ecuador ingresó por la fuerza a la Embajada de México en Quito, para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa, quien había solicitado asilo a México, petición que había sido aceptada y tramitada por el gobierno mexicano. En respuesta, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, anunció el rompimiento de relaciones con Ecuador, por la “violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”.
Noboa nació en Miami en el seno de una familia acomodada, el 30 de noviembre de 1987 y realizó estudios en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de New York, en la Kellogg School of Managment; y Administración Pública en la Universidad de Harvard. En 2022, obtuvo maestría en Comunicación Política y Gobernanza Estratégica, en la Universidad, George Washington.
Gracias a la fortuna de su familia, a los 18 años Noboa fundó su propia empresa, DNA Entertainment Group, dedicada a la organización de eventos. Posteriormente, ingresó a la empresa familiar, Corporación Noboa, donde llegó a ser director naviero y también fue director comercial y de logística, entre 2010 hasta junio de 2018.
Noboa, de 36 años, es el mandatario ecuatoriano más joven en la historia de Ecuador. Su carrera política comenzó en 2021, cuando logró una curul en la Asamblea Nacional. En 2023, se une a la coalición política, Acción Democrática Nacional, ADN, donde Noboa fue elegido candidato presidencial. El 15 de octubre de 2023, ganó la presidencia en las elecciones anticipadas para el período 2023-2025, completando así la legislatura presidencial que el presidente, Guillermo Lasso, dejó inconclusa.
El joven presidente, “un político y empresario de derecha, que cuenta con doble nacionalidad, ecuatoriana-estadounidense”, fue la sorpresa de las últimas elecciones, tras crear una ilusión de consuelo frente el magnicidio del candidato presidencial, Fernando Villavicencio, y ganar la elección a pesar de su inexperiencia política y las encuestas que lo situaban en los últimos lugares. El flamante presidente, es hijo del millonario empresario, Álvaro Noboa, dueño de la gigantesca empresa bananera, Fruit Shippers Ltd., el Grupo de Empresas, Noboa y la Corporación Noboa, con más de 110 compañías en Ecuador y alrededor del mundo. Novoa padre, participó y fue derrotado en 5 elecciones presidenciales en Ecuador.
La ignominia ecuatoriana, emula con hechos ocurridos en 1956, con el asalto policiaco a dos embajadas haitianas en América Latina. El primero en Buenos Aires en junio y el segundo, en octubre en La Habana. Tanto los dictadores de Argentina, Pedro Aramburu, y de Cuba, Fulgencio Batista, decidieron el allanamiento de las embajadas haitianas para detener con violencia a los opositores a quienes después asesinaron.
Con el bochornoso demérito de haber violado la Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados de Montevideo de 1933 y la Convención sobre Asilo Diplomático de Caracas de 1954 y ante el generalizado repudio mundial, Noboa se rebaja al nivel de dictadores fascistas. Según su formación social y académica en EEUU, Noboa es uno de los políticos de nueva generación, que hablan español pero piensan en inglés.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.