José de la Luz y Caballero
Por: Maritza Gutiérrez
El once de julio del año 1800 nació uno de los grandes hombres en la formación de la nacionalidad cubana: José de la Luz y Caballero, pedagogo y filósofo que constituyó un formador de conciencias.
Con su obra Aforismos dio a conocer notas y reflexiones sobre su vida, pensamientos religiosos, patrióticos, científicos y humanos que a lo largo de la historia agigantaron su figura por la esencia que impregnó a la nacionalidad cubana. Por sobre todas las cosas fue maestro, educador y forjador de patriotas.
Desde sus primeros pasos en el magisterio como profesor del Seminario de San Carlos, con 24 años, lanza su gran reto reformador. Como profesor de filosofía pone a la ciencia como principio del conocimiento y enarbola el experimentalismo baconiano; en tal sentido, algunos años después, considera la Pedagogía como la Ciencia de la educación.
Este es un primer punto de conexión de Luz y Caballero con la Revolución Educacional Cubana. Cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro declaró en los primeros años de la Revolución que el futuro de nuestra patria tendría que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, estaba tomando en cuenta muy especialmente el hacer ciencia en la labor pedagógica y educativa.
Entre 1831 y 1842, después de un prolongado viaje por Estados Unidos y Europa, Luz y Caballero se dedica a una profunda producción científica, elaborando avanzados proyectos que defiende en diversos escenarios públicos.
En sus concepciones sobre la educación introdujo novedosas definiciones para su época, que son paradigmas de la actual política educacional cubana, cuando afirmaba que "educar no es sólo enseñar gramática y geografía y física e historia; educar es templar el alma para la vida (...)"
Y muy conocida es su prédica "Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo."
A partir de 1843 y hasta su muerte en 1862, Luz dedicó todas sus energías a poner en práctica sus prédicas educativas y pedagógicas en el Colegio del Salvador, allí enseñó, instruyó y educó a generaciones de patriotas que encabezaron la lucha por la independencia en las gestas libertadoras iniciadas el 10 de octubre de 1868.
José Martí, apóstol de la independencia cubana destacó la elevada cultura y a la vez la modestia y sencillez. Sobre él dijo: “Supo cuanto se sabía en su época, pero no para enseñar que lo sabía, sino para transmitirlo. Sembró hombres.”
El destacado historiador cubano Eduardo Torres Cuevas, presidente de la sociedad cultural José Martí, durante un encuentro homenaje a José de la Luz y Caballero, uno de los más genuinos precursores de la Revolución Educacional Cubana recuerda las palabras de José Martí sobre Luz y Caballero, escritas en el periódico Patria.
Un día como hoy, hace 224 años, nació José de la Luz y Caballero, uno de los grandes hombres en la formación de la nacionalidad cubana y formador de conciencias; dejó un profundo legado a las pasadas, actuales y futuras generaciones de cubanos con su labor de silencioso sembrador de hombres, tan necesario de imitar en estos tiempos en que la nación se enfrenta a un nuevo intento de colonización.