Fidel: Razones en el tiempo y en la historia

Editado por María Candela
2024-08-13 12:40:14

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La trayectoria revolucionaria de Fidel estuvo marcada por el vínculo con las masas.
(Foto:Tomada del Sitio Fidel Soldado de las Ideas)

Por: Arelys García Acosta*

La visión de un Fidel próximo a su gente nació y creció desde que vino al mundo un 13 de agosto de 1926 en Birán, pequeño poblado de la antigua provincia de Oriente.

Sucedió cuando tenía 10 años y vino a contarlo al mundo cuando cumplió 68.  Uno de esos días que Fidel intercambiaba con el pueblo, la cubana Maritza de la Caridad del Rey Alonso escribió: “Le di un beso y le dije bajito: en mi corpiño llevo una tijera de uñas y quiero unos pelitos de su barba. Me dijo: rápido y poquito, y así fue; (…) desde ese día guardo los mechones de la barba de Fidel (…)”

¿Admiración o mística?, ¿respeto o gratitud? Con certeza, hay una comunión de todo. Razones en el tiempo y en la historia, reconocidas hasta por algunos de sus detractores y adversarios más enconados, perpetúan la visión de un Fidel dado a su pueblo, cercano, terrenal, un “ser humano insólito” como lo calificara Gabriel García Márquez.

Y es que el niño nacido el 13 de agosto de 1926, en Birán, pequeño poblado de la antigua provincia de Oriente, fue también, como muchos otros hombres, hijo de las circunstancias. Ya en los años 30, Fidel se asomaba al camino real y las escenas le sobrecogían: El fango se tragaba los pies descalzos de niños inocentes, con la barriga llena de parásitos; trabajadores agrícolas e industriales, inmigrantes haitianos mal vivían sus días, así lo contó él en el libro Guerrillero del Tiempo, de Katiuska Blanco: “Pasaban hambre y sufrían mucho. Se alimentaban con boniato, algún maíz tostado (…) Vivían en condiciones terribles.

“Recuerdo a los desempleados analfabetos que hacían colas en las proximidades de los cañaverales, sin que nadie les llevara ni una gota de agua, ni desayuno, ni almuerzo, ni albergue, ni transporte. No puedo olvidar tampoco a aquellos muchachos que andaban descalzos”, rememoró el Comandante en Jefe.

“Yo me convertí en revolucionario partiendo de la situación de la zona donde nací, en pleno campo, en un latifundio” confesó al intelectual Ignacio Ramonet en Cien horas con Fidel.

De ver a diario tanta gente condenada al olvido, nació la rebeldía temprana del joven que en 1953 encabezó el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes; del estratega que preparó la insurrección en el exilio mexicano y luego desembarcó en la isla a bordo del yate Granma.

En Birán vino al mundo y se forjó el carácter del guerrero que durante 25 meses guiara la lucha en la Sierra Maestra para luego  alcanzar el triunfo de la Revolución cuando apenas amanecía en 1959. En Birán nació el hombre monumental que allá, en el Santiago mambí, prefirió una tumba sencilla, una roca donde hay un solo nombre escrito: Fidel.

*corresponsal de Radio Habana Cuba en Sancti Spíritus



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