Tropas ucranianas atacan la ciudad rusa Kursk.

Por: Alfredo García Almeida*
 
Unidades mecanizadas y de asalto de Ucrania, de entre cinco y ocho brigadas, con un total de tropas entre 6.000 y 15.000 soldados, según valoraciones de expertos, lanzaron el pasado 6 de agosto una operación en la provincia rusa de Kursk, que les ha permitido ocupar más de mil kilómetros cuadrados. El presidente ucranio, Volodimir Zelenski, aseguró el pasado martes, que las localidades rusas bajo dominio ucranio son 74. 

Según el gobierno ucranio, la incursión de sus tropas en suelo ruso, sirve para demostrar que Moscú es vulnerable y que Kiev puede tomar la iniciativa en la guerra. Las brigadas ucranias, no han evitado publicar imágenes de vehículos blindados de infantería de la OTAN actuando en suelo ruso, ni la acción de misiles de medio alcance estadounidenses Himars. Testimonios recogidos por medios occidentales en la frontera entre la provincia ucrania de Sumi y Kursk, confirman el vuelo en la zona de cazas F-16, recientemente entregados por países de la OTAN.

Según expertos, una acción que lleva a invadir territorio extranjero, solo puede realizarse con el visto bueno de los más altos niveles de decisión: EEUU y la OTAN, lo que indica la voluntad de escalar el conflicto. “No era un secreto que el presidente, Zelensky, presionaba para lanzar una ofensiva de verano”, escribió el pasado 10 de agosto en, The Times, Michael Clarke, profesor de estudios de defensa del King’s College de Londres, algo que fue considerado entonces, como un eco del Pentágono. 

Fuentes del Ministerio de Defensa ucranio, han advertido a través de The Times, que Kiev espera una dura acción de represalia rusa, incluso la posibilidad de un bombardeo contra  Kiev. “El enemigo seguro que recibirá la respuesta que merece, y todos nuestros objetivos, sin duda, serán conseguidos”, declaró el pasado lunes el presidente ruso, Vladimir Putin, quien reiteró la acusación sobre los aliados de Kiev, de librar una guerra contra Rusia con Ucrania como punta de lanza.  

Roman Kostenko, militar ucranio y diputado del partido Holos, no ve que Ucrania tenga suficientes activos, para mantenerse en suelo ruso por largo tiempo. Por su parte, Alexander Graef, investigador del Instituto para el Estudio de la Paz y la Política de Seguridad, considera que los ataques ucranios en zonas fronterizas rusas, “demuestran que en esta guerra hay vulnerabilidades por ambos bandos, lo que puede incentivar un diálogo diplomático”.

Sin embargo, poco se especula en Occidente sobre la respuesta que pueda ejecutar la comandancia rusa, cuyo poderío militar se ha utilizado con prudencia durante la Operación  Militar Especial rusa contra Ucrania. Rusia no había visto ni un metro de su territorio invadido, desde la invasión nazi en 1941.

Michael Kofman y Dara Massicot, investigadores del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, coincidieron el pasado 10 de agosto en la web, War on the Rocks, con la valoración del teniente general ucranio R, Ígor Romanenko, al calificar como “estrepitoso” el fallo de los servicios de inteligencia rusos, porque “es impensable que una acumulación de fuerzas ucranias en la frontera no fuera detectado”, lo cual indica una posible “trampa” rusa frente a la arriesgada iniciativa militar ucrania.