Estrella Sibila Torres. Foto: ACN
por Linet Gordillo Guillama
Conversar con Estrella Sibila Torres es un privilegio que pocos pueden experimentar. A sus más de 80 años, esta mujer de voz firme y serena se erige como una de las principales referentes de la historia de los Órganos Locales del Poder Popular en Cuba.
La Agencia Cubana de Noticias visitó su hogar en el reparto residencial Abel Santamaría, de esta ciudad cabecera de Isla de la Juventud, donde la entrevistada compartió recuerdos de su infancia en la antigua provincia de Oriente y su posterior traslado a La Habana.
Desde joven, su familia se comprometió con la Revolución, sus hermanos se vincularon pronto al Movimiento 26 de Julio y de alguna manera el resto también se fue involucrando: escondíamos propaganda revolucionaria y se sumaron a varias protestas universitarias.
“Cuando triunfó la Revolución, tuve el privilegio de ser fundadora de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). También fui miliciana y alfabetizadora, de lo que me siento muy orgullosa”, afirma con una sonrisa que refleja su compromiso inquebrantable.
Cuenta la octogenaria, testigo de la evolución del Poder Popular desde su constitución en Cuba como sistema de gobierno, que fue elegida como Secretaria de la Asamblea del Poder Popular en La Habana del Este en 1976, papel que desempeñó durante dos mandatos.
Su trayectoria continuó en Isla de la Juventud, donde se graduó en Derecho y centró su tesis en la política de cuadros dentro de los Órganos Locales del Poder Popular. Ya en el séptimo mandato, fue designada Secretaria de la Comisión Electoral Municipal, cargo que ocupó hasta su jubilación.
Su vasta experiencia se tradujo en la publicación de su libro "Voto por Cuba", una obra que compila la historia electoral de Isla de la Juventud desde 1976 hasta 2016. “Fue un arduo trabajo de compilación y análisis para fortalecer la democracia participativa”, señala orgullosa de compartir su legado fruto de cuatro décadas de labor.
También la llena de regocijo su familia: dos hijas, cuatro nietos y cinco bisnietos, entre quienes figuran profesores universitarios, informáticos, oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias e ingenieros, la mayoría de ellos vinculados de alguna manera al trabajo del gobierno local.
Casi al despedirnos de Estrella nos comparte su mayor divisa durante esos años.
Coincidimos varios delegados en el ascensor con Raúl Roa, entonces vicepresidente del parlamento, quien enfatizó al finalizar la conversación: “Díganle siempre la verdad al pueblo, por difícil y compleja que sea. Las palabras de Roa, reconocido en la historia de Cuba como el Canciller de la Dignidad, marcaron profundamente su actuación. (Tomado de ACN)