Imagen ilustrativa tomada de Archivo/Prensa Latina
Por Nuria Barbosa León
Como un polo de unidad en la lucha contra el criminal bloqueo de Estados Unidos hacia Cuba, calificó el activista solidario Pete Seidman, residente en la ciudad de Miami, la Florida, todo el accionar de ese movimiento durante el año 2024, caracterizado por la intensidad y la variedad de sus actividades.
“Durante este año hemos establecido contacto con un grupo de jóvenes socialistas (Young Democratic Socialists of America) en la Universidad Internacional de la Florida, una trinchera importante en la batalla de ideas.
“Hemos colaborado en una serie de reuniones en el campus. Celebramos el Día Internacional de la Mujer con la proyección de dos películas muy apropiadas: “La Maestra” y “Mariposas en el Andamio”.
“Más tarde, el Día de la Tierra, proyectamos el documental de Helen Yaffe, “Tarea Vida”. En el verano, organizamos una presentación de un científico cubano que pasó por Miami (el Dr. Gustavo Arencibia Carballo, investigador del Instituto Cubano de la Pesca).
“En octubre, realizamos una conferencia sobre la votación de la Asamblea General de la ONU condenando el bloqueo”, relató el también militante del Partido Socialista dentro de Estados Unidos.
El objetivo con Cuba continúa siendo el mismo: el levantamiento de las sanciones coercitivas derivadas del genocida bloqueo económico, comercial y financiero y por eliminarla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, que añade más castigo para el pueblo cubano.
Para el 2025, Pete Seidman aseguró que será un año de arduo trabajo y muy difícil debido al segundo mandato de Donald Trump.
“La aristocracia laboral en Miami es una correa de transmisión bien engrasada (financiada) para la maquinaria anticubana en el sur de la Florida, de modo que se requieren esfuerzos cuidadosos y decididos para encontrar las grietas desde donde podemos avanzar”, aseveró.
Añadió que los partidarios de la derecha apoyan el bloqueo, “que a menudo se portan como provocadores y violentos, y ellos se envalentonarán para tratar de intimidarlos, mientras sus patrocinadores políticos seguirán reprimiendo los derechos constitucionales de libertad de expresión y de reunión para con estos grupos solidarios, por tanto serán espiados y castigados por defender el proyecto social que se construye en la isla caribeña”.
Seidman reconoció que hay un millón de cubanos en el sur de la Florida que también son víctimas del bloqueo, pues no pueden enviar con tanta facilidad dinero o ayuda material a sus familiares al otro lado del estrecho de la Florida.
“Tenemos que estar atentos a los espacios de unidad de acción que puedan abrirse entre estos cubanos contra Trump si la nueva administración calcula mal el mandato que cree tener”, afirmó el activista político.
Reconoce que las acciones de las organizaciones de solidaridad en Estados Unidos necesitarán trabajar duro para ganar más apoyo de los sindicatos, de dentro de las comunidades cubanas y de otros inmigrantes, y de aquellos que luchan por la justicia y la igualdad para los negros en EE.UU.
Por eso planean incrementar su trabajo en el próximo año para mantener una unidad más amplia en la acción contra el bloqueo como eje principal de movilización.