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Por: Alfredo García Almeida*
Desde la asunción a la presidencia en EEUU de Harry Truman, en abril de 1945, los mandatarios norteamericanos han sido exmilitares, exgobernadores y excongresistas, exitosos, pero ninguno empresario. Resulta contrasentido, que la meca del capitalismo desarrollado, sea conducida por políticos sin experiencia sobre las leyes del mercado nacional e internacional. Sin embargo, eso terminó en 2016, cuando, Donald Trump, un empresario exitoso de bienes raíces, pero sin experiencia política, fue elegido candidato republicano a la presidencia, para posteriormente ganar sorpresivamente la elección presidencial.
Y para los que dudan de la dirección emprendida, ver la alianza política de Trump con el magnate, Elon Musk, quien fue gran apoyo económico durante su campaña electoral. No en vano, en las últimas semanas la prensa se refiere a Musk, como el “copresidente” o como “el primer amigo”, junto al coro de empresarios millonarios cuyas donaciones contribuyeron al triunfo electoral de Trump, muchos de los cuales, forman hoy parte del nuevo Gobierno. Aun cuando han sido calificados como los “broligarcas”, (“bro”, es abreviatura de “brother”, hermano), muchos se preguntan si esa interesada amistad durará o estos personajes que tienen grandes egos, tendrán inevitables desencuentros.
“La probabilidad de que haya problemas a largo plazo es alta”, pronosticó, Lorenzo Castellani, profesor de Historia en la Universidad, Luis Guido Carli, de Roma. Timothy Snyder, historiador de la Universidad de Yale, dijo: “Trump es un tipo pequeño y Musk es un tipo grande, cuando se trata de dinero. No debemos subestimar a Musk. La Casa Blanca, será un escenario de discordias incómodas y dañinas entre ambos hombres”.
Carole Cadwalladr, quien sacó a la luz el escándalo de Cambridge Analytica, cuando manipuló datos de millones de personas para influir en los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, escribe en su columna: “Es el macartismo con esteroides, persecución política + Trump + Musk + herramientas de vigilancia de Silicon Valley, que se combina con la recolección de datos y las turbas en línea”.
Según, Maggie Haberman, periodista de The New York Times, notoria por conocer lo que se mueve en los círculos del magnate, el protagonismo de Musk, ya está molestando a Trump. Indica que tienen, “una relación tensa con potencial para volverse aún más tensa”. Y señala que el multimillonario, “parece más dispuesto a irritar a Trump que muchas otras personas y menos preocupado por lo que podría significar”.
José Antonio Gurpegui, catedrático de estudios norteamericanos y director del Instituto Franklin en la Universidad de Alcalá, dice que los dos se necesitan. “Además, Musk, tiene el impedimento, de que nunca podrá ser presidente de EEUU, porque es sudafricano. Mientras esa necesidad mutua vaya bien, habrá sintonía entre ellos”.
Trump ve al mundo, como un gran nicho comercial. ¿Será que a pesar de su errático comportamiento ejecutivo, la respuesta a su nueva e inesperada elección presidencial, fue porque la mayoría del electorado coincidió en que Trump por su experiencia como exitoso empresario, era la persona indicada para conducir económicamente a la nación norteamericana?
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.